Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La empresa | Asfalto Chova

De recoger arena en carro a rehabilitar el Puente de Londres y la sede de Rolls-Royce

La internacionalización de la compañía valenciana de asfaltos e impermeabilización, con cuatro fábricas en el exterior, permite la venta de sus productos en 45 países

De recoger arena en carro a rehabilitar el Puente de Londres y la sede de Rolls-Royce

Empresas casi centenarias son escasas en la Comunitat Valenciana y las de propiedad familiar se cuentan con los dedos de una mano: una de estas es Asfaltos Chova, cuya historia arranca en los años treinta del pasado siglo. Eduardo Chova Climent trabajaba como constructor en una comarca sin apenas actividad industrial y dedicada a la actividad agraria. Entonces vio grandes posibilidades de negocio en el asfalto y sus diversas aplicaciones. Cuentan sus actuales gestores -la compañía ya está en manos de la tercera generación- que sin dudarlo compró una caldera ambulante para hacer asfalto y puso al frente a su hijo Eduardo Chova Ortiz (quien todavía acude a diario a la compañía), con tan sólo 13 años. Los sábados y domingos los reservaba para ir a recoger tierra por las carreteras que luego utilizaba para mezclar con el asfalto. ¡Qué tiempos más duros!

Aquel joven emprendedor, hoy ya ha cumplido los 86 abriles, se encargaba de trasladar la caldera junto con la leña en carro, o bien aprovechando la vía del tren de Carcaixent a Dénia. De esta forma, el incipiente negocio llegaba a diferentes zonas como Gandia, València, Oliva o Alzira, donde a pie de obra realizaban la mezcla y calentaban el asfalto para impermeabilizar terrazas y tejados. A partir años cincuenta Eduardo Chova Ortiz abandonó ese trabajo itinerante para instalar una pequeña fábrica de láminas impermeabilizantes utilizando restos de maquinaria para la naranja. En aquella época España carecía de tecnología avanzada para estos menesteres. A medida que el negocio crecía, también lo hacían sus instalaciones.

Plan de internacionalización

Esa planta de fabricación se instaló en Tavernes de la Valldigna,donde actualmente emplea a unos 150 trabajadores y alcanza una cifra de negocio de 23,5 millones de euros, según los datos de la cuenta de explotación correspondiente al ejercicio de 2016. Asfaltos Chova tiene como administrador único ala empresa Grupo Chova Félix S.L, en manos de Eduardo Chova Félix.

Si las empresas valencianas del sector manufacturero, así como el comercio citrícola, fueron pioneras en salir al exterior a partir de los años sesenta, también Asfaltos Chova se apuntó a esa estrategia. Primero empezó su expansión en el mercado doméstico al llegar amplias zonas de Madrid, Barcelona, Sevilla o Granada. «Con mucho esfuerzo, en 1974, consiguió lo que siempre había deseado: la internacionalización. En ese sentido, abrió fábricas en Ecuador y Portugal para asegurarse un nuevo mercado donde trabajar y poder llegar a distribuir sus materiales en América, aseguran fuentes de la mercantil con cuartel general en la citada localidad de la Safor. Con sus tres plantas suministra desde entonces materiales de construcción a países como Angola, Mozambique, Holanda, Suecia, Reino Unido o Corea del Sur, entre otros países.

Acompañado siempre por su mujer, Isabel, que mapa en mano le indicaba el camino a seguir, Eduardo Chova Ortiz empezó a viajar por ciudades europeas, países árabes y norte de África ofertando sus productos y consiguiendo importantes adjudicaciones de obras. Una de las obras internacionales que recuerda con especial cariño es la rehabilitación de la Tower Bridge (Torre del Puente de Londres), uno de los símbolos más destacados de Londres; así como las cubiertas de la sede de Rolls Royce, en Goodwood.

Tercera generación al mando

Pese al estallido de la burbuja inmobiliaria Asfaltos Chova pudo superar la crisis a pesar de la inmensa recesión de la mayoría de las vinculadas con el negocio del ladrillo. Con la tercera generación al mando de la compañía, Asfaltos Chova sigue apostando por la internacionalización tras impulsar dos plantas nuevas entre el 2000 y el 2005; primero en México y después en Ryazan (Rusia). Ya comercializa sus productos en algo más de 45 países.

Eduardo Chova Ortiz continúa visitando la fábrica día a día sin perder la ilusión en su negocio familiar «al que tanto esfuerzo le ha dedicado», aseguran sus directivos. Durante estos años al frente de la compañía «ha velado por los intereses de sus empleados, transmitiendo confianza y estando al lado de cada uno de ellos». Su hijo Eduardo Chova Félix es el actual máximo ejecutivo de la empresa familiar. «En los años ochenta -recuerda- era normal que mi padre avalase a muchos de sus empleados en la compra de sus casas o reformas de las mismas», explica el CEO de Asfaltos Chova. Familiares, amigos y empleados, quienes recientemente han dedicado un homenaje al artífice del desarrollo de este compañía familiar, describen al todavía presidente de la mercantil como un «trabajador inasequible al desaliento, con gran capacidad de superación, dedicación y responsabilidad. Una persona capaz de centrar todos sus esfuerzos en impulsar nuevos proyectos, abierto a todo tipo de ideas y muy optimista. Todo ello, sin perder su característico carácter campechano y una gran energía», puntualizan.

Compartir el artículo

stats