El Valencia crece en Europa con un triunfo tan sufrido como crucial. El equipo de Nuno Espirito Santo derrotó por la mínima a un Gent rebelde y competitivo, y con seis puntos se afianza en la segunda plaza sacando cinco puntos de ventaja al conjunto belga y al Olympique de Lyon. Los valencianistas recuperan lentamente sensaciones. Anoche crecieron en intensidad y multiplicaron sus llegadas a la portería rival, aunque dilataron la sentencia hasta convertir el triunfo en un episodio agónico, ante un rival repleto de intenciones.

En la primera parte el Valencia se divirtió como hacía tiempo que no lo conseguía. Por momentos dio la impresión que danzaba alegre bajo la lluvia, con un juego vistoso, con mucha banda, transiciones veloces que se ejecutaban de memoria y remates de los jugadores que entraban en diagonal. Sin duda mereció haber resuelto el marcador antes del descanso contra un Gent que ofrecía facilidades a partir de un planteamiento valiente, sin firmar el empate, que propició que los locales encontrasen espacios para generar constantes ocasiones. Pero ese carácter desinhibido fue el que rescató a los belgas en el partido tras el tanto inicial de Feghouli y las siguientes oportunidades, entre remates altos, últimos pases no del todo calculados y las paradas salvadoras de Matz Sels.

Mestalla se reencontraba con una añorada sensación, con un Valencia que llegaba al remate con facilidad. André en el minuto 4; Santi Mina tuvo dos opciones en el minuto 8; en el 12 era Alcácer el que recortaba y disparaba desde la frontal; a continuación era Mustafi quien cabeceaba alto, libre de marca, en un córner. En esa intensidad colectiva florecía el fútbol de Feghouli. El argelino adelantaba al Valencia en el 14 al rematar un envío en rosca de Cancelo.

Con el 1-0 el partido era una invitación a la contra. El Gent continuaba con su intrépida actitud, con Milicevic participando en todas las jugadas y con Depoitre, su tanque en ataque, fajándose para bajar balones para sus compañeros. Jugaban y dejaban jugar. La pelota era visitante pero el peligro correspondía a los locales. Sels evitaba la sentencia repeliendo un disparo inicial de Mina, y levantándose de inmediato como un resorte para cubrir con el cuerpo el segundo intento de Parejo. Con tanta sequía atacante en este inicio de campeonato, nadie parecía preocuparse por la cantidad de oportunidades desperdiciadas, ya que nada hacía peligrar el resultado. Pero en la primera conexión certera del Gent, en el minuto 40 y con un claro error de Mina al intentar despejar un balón de chilena, su lateral avanzado Foket empataba el encuentro para incredulidad de Mestalla.

En la segunda mitad, con el campo y las piernas más pesadas, los ataques del Valencia iban impregnándose de prisa e imprevisión, mientras que el Gent, muy organizado, se sentía más cómodo. Alcácer tuvo el segundo en el 49 y Piatti, en su primera aparición, golpeó alto con la derecha en el 60. Pero la frecuencia bajaba y, con Negredo de privilegiado espectador, Nuno echaba mano de Rodrigo.

Al Valencia lo iba a salvar la fe, la que apareció en el 71 en la aparición de Cancelo, cuyo centro suave rebotó en el larguero y fue recogido por Gayà, que remachó a gol con la colaboración de Mitrovic. No quedaba más que gestionar el desenlace y guardar el botín. Se logró, no sin padecimientos. Jaume tuvo su parada providencial de costumbre al desviar el disparo a quemarropa de Matton tras una pifia de Santos.