Pako Ayestarán, de 53 años, se mueve estos días con soltura por los distintos parajes de Singapur, convencido de que convencerá al máximo accionista del Valencia, Peter Lim, en la reunión prevista para hoy. El técnico vasco está seguro de sus argumentos para dirigir al equipo de Mestalla la próxima temporada. Cuenta con el apoyo del director deportivo, Suso García Pitarch, y de la presidenta, Layhoon Chan, reunidos también en Singapur para tomar la decisión definitiva. El dueño los ha juntado a todos para ver si encuentra el «feeling» definitivo con el entrenador que le haga enseñar el pulgar hacia arriba.

El discurso de todos ellos gira en torno a la construcción de un «sentimiento de pertenencia» a la entidad, de «arraigo», una carencia muy evidente en el pasado ejercicio. Quieren volver a disfrutar de jugadores «de club» que recuperen el «compromiso». Futbolistas con capacidad de «adaptación» a cualquier circunstancia (el ejemplo contrario ha sido el central tunecino Abdennour, llegado del Mónaco el pasado verano).

A Pako le gusta dar muestras de capacidad de adaptación y cita a los Jesuitas cuando, en su proceso evangelizador, se vestían con los hábitos de las gentes de los pueblos conquistados. El técnico vasco habló ayer de los valores del club, que van más allá de los resultados del último domingo. Valores más importantes que las victorias con los que se pueda identificar los aficionados. Y se refirió a los casos del Oporto y del Barcelona, entidades que van más allá de los resultados. Representan una cultura.

Estabilidad y fortaleza

Para lograr esos objetivos, un club necesita lógicamente estabilidad y fortaleza para mantenerla. Es decir, no debe, argumenta Pako, estar sometido a los vaivenes de los marcadores o las encuestas sobre los entrenadores (muy poco favorable a él la publicada el lunes por el periódico Superdeporte).

En esa línea, García Pitarch recuerda un reportaje publicado por este periódico comparando al Sevilla con el Valencia. El conjunto andaluz ha tenido un director deportivo en los últimos 16 años (Monchi); el Valencia, 13. El Sevilla, un director de la escuela en 30 años (Pablo Blanco); el Valencia, innumerables.

Por lo referente al juego, Pako Ayestarán está convencido de que el Valencia debe ser dominador en un 80% de los encuentros. Ante todos los rivales salvo cuando se enfrente al Madrid, el Barça y si acaso del Atlético de Madrid. Para eso, entiende Ayestarán, el club valenciano debe empezar a valorar a jugadores como Parejo, uno de los mejores de España en su posición de mediocentro de creación. Su último partido ante el Real Madrid en el Bernabéu, midiéndose a estrellas como Kroos, fue para enmarcar.

En la temporada pasada se cometieron muchísimos errores, pero no por eso se debe destruir todo de ella, piensa el técnico vasco, persuadido de que una parte debe rescatarse para reconstruir un nuevo proyecto.

A Pako se le ve disfrutando en estos momentos previos a la gran cita. Se acerca por la mañana al gimnasio y bromea con sus jugadores: «Estás haciendo el tiempo de un viejo», le dice a Santi Mina cuando ve el trote del gallego sobre la cinta elástica. Por la tarde se implica en la visita al barrio humilde donde nació Peter Lim y pregunta cómo viven sus gentes. Y por la noche comparte recuerdos y risas con Mendieta y Albelda, invitados por la Liga para promociar el fútbol español en Singapur. Ya solo le falta el sí de Peter Lim.