Miguel Grau gana enteros para convertirse en el técnico definitivo del Mestalla. El entrenador, hasta ahora en el Juvenil A, cogió las riendas del filial después de la espantada de Lubo Penev. Casi sin tiempo para entrenar, dirigió al equipo contra el Lleida, en un partido resuelto con un liberador 3-0, en una destacada actuación de Ferran Torres.

El club ha estado estudiando distintas posibilidades antes de decantarse por Grau, joven técnico con una trayectoria ascendente, después de ganar la Liga Autonómica con el Cadete. No obstante, previamente el Valencia preguntó a Chema Sanz, miembro del cuerpo técnico de Marcelino, si querría dirigir al segundo equipo. Sanz, que entró en el club la pasada campaña para ser el primer asistente de Voro González, rechazó el ofrecimiento por la identificación que siente con Marcelino y sus ayudantes, en una temporada en la que se están batiendo hasta el momento registros históricos.

Se da la circunstancia de que el técnico valenciano ya fue sondeado a principios de verano por la entidad para coger el relevo de Curro Torres al frente del Mestalla, también declinada. Con posterioridad, Fernando Morientes rechazó otra oferta y finalmente Lubo Penev se convertiría en la arriesgada y fallida apuesta.

Con la continuidad de Grau, el Valencia da un giro radical a su planteamiento con el filial. Del fichaje mediático de Lubo Penev, ídolo en los años 90, al perfil joven y formativo de Grau, promocionado desde la Academia.