La cruel derrota grabó la imagen de frustración e impotencia en el rostro de los aficionados y del capitán Parejo por una noche llena de errores:

-Del entrenador, Marcelino, en una alineación nada competitiva durante una hora, tiempo aprovechado por el Getafe para poner tierra de por medio y adelantarse con los buenos goles de Rémy.

-De los centrales, Garay y Murillo, marcadores de lejos, como si no estuvieran en un estado físico idóneo, permitiendo a Jorge Molina y a Rémy jugar a su antojo.

-Del árbitro, complaciente con el juego sucio del Getafe, eso que algunos eufemísticamente llaman «otro fútbol», perdonándole la expulsión a Djené por una entrada durísima a la rodilla de Guedes, que cortaba una acción clara de marcar justo después del golazo de Rodrigo.

-Y del propio Parejo, el líder en esos instantes de tanteo de una remontada cortada abruptamente con su expulsión, al repeler con un (entre empujón y codazo) las reiteradas faltas de Jorge Molina. Lo peor fue que, de un ataque prometedor del VCF, porque el árbitro había dado la ley de la ventaja, la pelota la tenía Carlos Soler y la estaba esperando Ferran Torres en posición ventajosa en el extremo, se pasó a todo lo contrario: roja, parón y un hombre menos.

Al final, el fútbol pertenece a los futbolistas. Y si el técnico pone a los mejores, su equipo tiene más opciones de ganar. Justo lo sucedido a la hora de encuentro, cuando entraron Carlos Soler por el centro del campo, Ferran Torres como extremo derecho y Rodrigo como segundo delantero.

La peor primera parte de la Liga para el Valencia dejó retratados a los tres aspirantes: Maksimovic fracasó como mediocentro defensivo, Andreas Pereira fue tan insignificante como en el resto de la temporada y otro tanto puede decirse de Vietto. Nadie sabe qué méritos han acumulado Andreas Pereira y Vietto para ser titulares.

Parejo jugaba solo en ese primer periodo y con los gestos de rabia se fue al descanso. Peter Lim, desde el palco, pudo ver en vivo las enormes carencias de la plantilla cuando faltan un puñado de los titulares.

El Getafe resultó como se esperaba: agresivo, vertical y sin complejos. Flamini le robó la pelota a Guedes en la medular, cedió a Damián y el lateral uruguayo envió un pase con el exterior a la entrada de Rémy, cuyo control y remates fueron superiores, evidenciando la lentitud de Garay.

La sorpresa vino en la reanudación: ningún cambio de Marcelino. Continuó el despropósito hasta que Jorge Molina, de 35 años, se fue de Murillo con facilidad y sirvió a Rémy, que resolvió de primeras con el interior.

Los tres cambios llegaron de una tacada en el m. 60. Mestalla lo celebró con la intuición de que iba a pasar algo bueno. Y pasó. El Valencia empezó a jugar. Primero una triangulación culminada por un reverso de Rodrigo y un disparo colocado al palo alejado de Guaita. Inspirado. A continuación esa contra de Guedes cortada por el hacha de Djené. Luego, un brillante pase en profundidad de Rodrigo a Ferran Torres, el desborde del extremo de Foios y su templado centro cabeceado alto por Zaza (el italiano saltó demasiado pronto). Y, por último, esa roja a Parejo cuando el árbitro decidió ponerse serio.

Mestalla se fue con la amargura de haber regalado una hora al adversario más duro, ganador de los dos encuentros de Liga entre ambos, ante la presencia desafortunada del dueño.

Calvario con las tarjetas de Parejo, que vio la roja

El capitán del Valencia, Dani Parejo, vio la tarjeta roja en el minuto 85 por, según el acta arbitral, «golpear al contrario [Jorge Molina] con el brazo en el cuello sin estar el balón a distancia de ser jugado».

Parejo está viviendo esta temporada un calvario con las amonestaciones, encabezando la lista de jugadores con más tarjetas amarillas recibidas. En concreto, ya son 13, empatado con Jefferson Lerma (Levante UD) y con Jaume Costa (Villarreal). Jugadores infinitamente más duros que Parejo, como Damián Suárez, tienen menos (12). Algo está haciendo mal Parejo.