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El caso Gürtel entró de lleno ayer en el hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia. La alcaldesa, Rita Barberá, y la portavoz socialista, Carmen Alborch, mantuvieron un intenso y acalorado debate a cuenta de la supuesta financiación ilegal, los regalos y pagos de favores que vinculan al PP de la Comunitat con la trama de corrupción de Francisco Correa. La regidora, instada en ruegos y preguntas por Alborch a "despejar dudas" sobre su grado de implicación en el caso que ha hecho tambalearse a la cúpula del PPCV, negó por activa y por pasiva toda relación "con los personajes de la trama Gürtel".

Su relación, dijo, se ha limitado a "saludar" a Álvaro Pérez [responsable de Orange Market, una de las empresas implicadas] en algún mitin o a comentarle "si me había gustado o no la organización". La empresa de El Bigotes organizó varios actos políticos del PP, entre ellos, el de la presentación de los candidatos a las últimas elecciones municipales celebrado en el polideportivo del Cabanyal y del que Rita Barberá no guarda precisamente buen recuerdo.

"Jamás he tenido relación ninguna con los personajes de la trama", remarcó Barberá quien también pronunció un "no rotundo" ante la pregunta de Alborch de si estaba al tanto de la financiación ilegal de su partido que recoge un informe de la Brigada de Blanqueo de la Policía hecho público esta semana. Barberá puso en tela de juicio el citado informe porque "no ha sido solicitado por ningún juez" al tiempo que subrayó que lleva el membrete del Ministerio de Interior.

En el "cuerpo a cuerpo", Barberá, visiblemente molesta, llegó a amenazar a Alborch con demandarla [incluyendo una adenda a la querella que tiene presentada en los juzgados contra un medio de comunicación] por preguntarle si había "favorecido por omisión" las actividades de la red de corrupción. El Bigotes, según unas escuchas telefónicas que no forman parte del sumario de la investigación, aseguró sobre la alcaldesa: "No nos da nada, pero tampoco nos hace nada".

Alborch sostuvo el pulso. "No me va a amedrentar". "Yo no afirmo, sólo pregunto", respondió la portavoz socialista quien insistió en saber si la alcaldesa se había querellado contra "el señor bigotes".

Corbatas, pañuelos y portafolios

La alcaldesa dijo que la portavoz de la oposición no le iba a "marcar la estrategia a mi abogado" -y además "amado cuñado"-, José Luis Corbín, que según detalló la alcaldesa está recuperándose de una grave dolencia. Rita Barberá informó de que el 14 de septiembre se celebró en Valencia el acto de conciliación con el periódico que difundió que había recibido regalos de El Bigotes.

En este punto, la alcaldesa abundó en su opinión acerca de los obsequios que deben aceptar o no los políticos y que entran dentro de los usos sociales admitidos. Barberá reconoció que había aceptado regalos si bien remachó que no había recibido "ningún bolso" de Álvaro Pérez, tal como sostiene en unas escuchas telefónicas el responsable de Orange Market.

Las joyas de Corcuera a Alborch

La alcaldesa explicó que ella se quedaba aquellos que "entran dentro del sentido común". ¿Y éstos cuáles son? Según la alcaldesa, que ya fue objeto de titulares cuando comparó los trajes del presidente Camps con las anchoas de Santoña con las que suele agasajar el presidente de Cantabria, lo es tanto un bolso como un portafolios, un pañuelo o una corbata. Todos ellos son regalos "sociales", de "cortesía". Para demostrar que no es la única que recibe obsequios apuntó que "en Moncloa han entrado cuatro maletas de la misma marca que mi bolso [Louis Vuitton]".

La alcaldesa continuó con su argumentación y dijo que en todo caso los regalos de "una pobre alcaldesa" nunca serán del "valor artístico" de los que puede recibir un ministro de Cultura. "Yo no sé si a usted [refiriéndose a Alborch] le regalaron joyas pagadas con fondos reservados", apuntó la alcaldesa removiendo uno de los escándalos políticos del Gobierno socialista de Felipe Gónzalez.

Alborch no negó haber recibido obsequios a lo largo de su carrera política si bien hizo hincapié en que "jamás he recibido regalos de nadie vinculado a una trama corrupta". "Cuando era ministra de Cultura estaba, como sigo estando, a disposición de todo el mundo para dar explicaciones", recalcó la jefa de la oposición. A juicio de Alborch, las afirmaciones de la alcaldesa son "una táctica" para "intentar confundirlo todo".

La portavoz de la oposición también quiso saber si Barberá consideraba que había respetado el Código de Buen Gobierno del Ayuntamiento de Valencia a lo que ella respondió que lo había cumplido "con creces" y que tenía "las manos limpias".