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La Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) confirmó ayer que la decimocuarta edición de la Campus Party, que comenzará el 26 de julio, no se podrá celebrar en el Ágora al estar todavía en marcha las obras de pavimentación y las instalaciones eléctricas. Como en años anteriores, este certamen de la informática se celebrará en el Museo Príncipe Felipe, lo que supone mantener el aforo en los 3.000 participantes en vez de los 6.000 a los que aspiraban los organizadores con el nuevo recinto.

La noticia de los problemas con el Ágora saltó a la luz pública a través de un comunicado de la organización de la Campus Party en el que informaba de la suspensión de la venta de entradas durante dos días debido a la información que le había llegado de la dirección de obra del edificio de que "existían dificultades para la utilización" del mismo.

Para aclarar este asunto ayer Cacsa emitió otro comunicado en el que aseguraba que las obras del Ágora continúan "al ritmo previsto" y confirmaba que los trabajos no estarán terminados para el 26 de julio. Eso significa que el certamen se celebrará una vez más en el Museo Príncipe Felipe y en otros espacios exteriores del complejo no especificados.

En el comunicado se precisa que "cualquier interrupción de las obras perjudicará al ritmo de la ejecución de las mismas, y además por la complejidad técnica que requiere el montaje de un evento de las características de Campus Party, se ha optado por espacios del complejo que son utilizados en los últimos años". Fuentes de Cacsa explicaron por último que la posibilidad de utilizar el Ágora era sólo una opción condicionada a la marcha de las obras, obras que, por otra parte, debían haber terminado el otoño pasado cuando se celebró el Open 500 de Tenis.

Ayer, un portavoz de la organización de la Campus Party prefirió no entrar en este debate y resaltó el papel que está teniendo Cacsa en esta edición. La crisis ha provocado la retirada total o parcial de algunos patrocinadores y la Ciudad de las Ciencias se ha convertido en el principal apoyo económico del evento, aseguró.

Aclarado el tema del recinto, los organizadores reanudarán la venta de entradas con la intención de superar los 3.000 participantes. Ya llevan vendidas 2.600 y la previsión es que en los últimos meses se multipliquen las peticiones hasta desbordar la oferta. En el Ágora tenían previsto albergar hasta 6.000 participantes, una aspiración ahora frustrada.