Varias patrullas de la policía nacional lograron evitar a última hora de la tarde de ayer un motín en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) ubicado dentro del cuartel de Zapadores, en Valencia, y que inició un grupo de cerca de veinte internos argelinos que supieron que iban a ser expulsados hoy del territorio nacional.

Aunque el momento de mayor tensión se produjo alrededor de las ocho de la tarde, las protestas y los conatos de amotinamiento se habían estado prolongando durante todo el día. Según las fuentes a las que ha tenido acceso este diario, el grupo de argelinos se enteró de que su repatriación iba a realizarse hoy mismo e iniciaron las protestas en un intento por paralizar la expulsión.

Lo que empezó con gritos y arengas aisladas, acabó convirtiéndose en un conato de motín, entre otras razones, por el escaso número de funcionarios policiales por turno para todo el CIE. De hecho, hay cuatro agentes para supervisar la integridad y la seguridad de más de cien internos.

Los cabecillas de la protesta lograron que se unieran a ellos un grupo de inmigrantes subsaharianos, pendientes también de expulsión, aunque sin fecha. Así, cerca de treinta sublevados hicieron que subiera de tono su protesta cuando el resto de internos trató de abandonar la sala de estar para ir a cenar. En el momento en que los agentes vieron que se producían las primeras coacciones, pidieron refuerzos. Varias patrullas acudieron y, sin tener que llegar a usar la fuerza, lograron apaciguar la situación.