Manolo el del Bombo cierra su bar. Asegura que no le queda más remedio, y lo dice con pesar. Afirma que el ayuntamiento le prohíbe ahora emitir los partidos de fútbol desde el televisor que tenía ubicado encima de la puerta de su establecimiento, orientado hacia su terraza, ubicada en la plaza de la Afición. Y no es el único. Los otros dos bares que están al lado -el Ciudad Real y La Deportiva- se encuentran en idéntica y ruinosa situación.

Tras dos meses viendo cómo en sus terrazas -que permanecían llenas hasta la bandera los días de partido- no asoma un alma porque sus clientes emigran a otros establecimientos, han lanzado la voz de alarma hacia lo que consideran "una injusticia, un agravio y una discriminación". No pueden asumir los gastos fijos mensuales, que ascienden a 6.150 euros y exigen una solución "para poder seguir trabajando y generando trabajo, que en estos tiempos no es po?co". Y es que han dejado de emplear a los camareros eventuales que contrataban para los días clave. Y para más inri está la ley del tabaco. En definitiva, "una ruina. Estamos abocados al cierre".

Una normativa de 2009

Hace dos meses, agentes de la policía local se personaron en los tres establecimientos para comunicarles que ya no podían orientar los televisores hacia la calle, según la ordenanza reguladora de la ocupación del dominio público municipal mediante mesas, sillas y otros elementos auxiliares. Sin embargo, esta normativa no es nueva, ni mucho menos. Data de 2009 pero es ahora cuando el ayuntamiento ha decidido aplicarla, y no en todos los bares. El reglamento establece que no podrán instalarse "aparatos reproductores de imagen en la vía pública. Asimismo, el titular de la actividad no podrá instalar equipos de estas características en su local, que sean visibles o emitan sonido hacia la vía pública".

Del bar Ciudad Real viven cinco familias, y de La Deportiva, dos. Ninguno de los dos establecimientos dispone de espacio suficiente en el interior para acoger al público que prefiere las terrazas. "Mi padre lleva 45 años con este bar, y durante 20 años hemos emitido los partidos de fútbol. No queremos hacernos ricos. Queremos poder vivir del bar y ya no es posible. Nos están estrangulando hasta ahogarnos", afirma Manolín, dueño del Ciudad Real.

Además, aseguran que encienden y apagan el televisor el tiempo estricto que dura el partido. Ni más ni menos. Ni previas ni resúmenes. "Con esta medida no van a evitar que los 50.000 aficionados que llenan el campo se callen de repente. La medida implicará que se haga botellón en la plaza".