El Ministerio de Medio Ambiente, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia acordaron ayer prorrogar la situación de los chiringuitos de Pinedo y el Saler hasta que se lleve a efecto el traspaso de competencias sobre el dominio marítimo terrestre. Eso significa que los seis restaurantes podrán trabajar con tranquilidad en los próximos meses pese a haber recibido recientemente comunicaciones para que redujeran sus terrazas a los 50 metros cuadrados que les exigía el Gobierno en cumplimiento de la Ley de Costas.

Con esta prórroga, el Ministerio de Medio Ambiente traslada al próximo Ejecutivo la responsabilidad de resolver el problema. Todo indica que en plena campaña electoral no ha querido profundizar en el conflicto y ha cedido en sus posiciones iniciales, que siempre han sido locales de 150 metros cuadrados con 50 metros de terraza, es decir, el modelo impuesto a los 14 chiringuitos de la playa de la Malva-rosa.

Por su lado, la Conselleria de Gobernación ha logrado aplazar la solución del problema hasta la presumible llegada del PP al poder. Ese ha sido su éxito. Sólo un providencial cambio de ministra —llegó Rosa Aguilar, amiga de Rita Barberá— y el posterior adelanto electoral han salvado en Pinedo lo que la confrontación política tiró en la Malva-rosa.

Comisión mixta

La de ayer, de hecho, fue una reunión de guante blanco en la que estuvieron, por parte del Gobierno, el director general de Costas, Pedro Antonio Ríos; la jefa de Costas de Valencia, Lidia Pérez, y el subdirector de Dominio Público, José Ramón Martínez. Por parte de la Generalitat acudieron los secretarios autonómicos de Gobernación, Asunción Quinzá; de Turismo, Luis Lobón, y de Infraestructuras, Victoriano Sánchez. Y por parte del ayuntamiento estuvo la concejala Lourdes Bernal.

Tras el encuentro, que ha servido para constituir la comisión mixta sobre la gestión del dominio público marítimo-terrestre, Asunción Quinzá explicó que mientras se logra la «solución definitiva», que es el traspaso de las competencias, se ha logrado este acuerdo «consensuado» que «garantiza» la situación actual de los chiringuitos. Por ello, Quinzá valoró de forma positiva esta reunión, ya que se permitirá a los establecimientos que «funcionen como hasta la fecha», lo cual, además, otorga «cierta tranquilidad» al sector. Por su lado, Pedro Antonio Ríos explicó que ambas administraciones están trabajando de forma conjunta, por medio de este «mecanismo de codecisión», y aseguró que mientras no se tengan estas competencias lo que hay que transmitir y generar es «tranquilidad», por medio de este tipo de acuerdos, que amplían la situación actual de los chiringuitos.

Quinzá aseguró que tanto el Gobierno como la Generalitat están de acuerdo con que se ponga en marcha esta transferencia de competencias, pero aún se está en el camino de que sea efectiva. Por ello, ha indicado que en «este recorrido», había que garantizar el funcionamiento de los locales.

Al respecto, Pedro Antonio Ríos dijo que la gestión de esta transferencia está ahora en manos del Ministerio de Política Territorial, que está buscando «el mejor cauce para hacerla efectiva», aunque advirtió que independientemente de quien tenga las competencias, no desaparecerá la problemática con las situaciones singulares, como lo son las de Pinedo y el Saler.

Quinzá cree que las competencias podrían ser transferidas antes del verano, aunque Ríos duda que pueda hacerse en esas fechas.

Los hosteleros piden un cambio legal

Lourdes Bernal y la Federación de Hostelería de Valencia se felicitaron ayer por el acuerdo alcanzado en Madrid. «Afortunadamente para todos ha prevalecido el sentido común», dijo la concejala de Valencia, mientras que los hosteleros reclaman una nueva Ley de Costas que acabe con la ambigüedad respecto a las terrazas y sirva de referente claro para todo el litoral. Y es que ahora el nuevo Gobierno, o la Generalitat, o la comisión mixta, tendrán que resolver la situación de Pinedo sin crear agravios comparativos con la Malva-rosa o igualar las condiciones de la Malva-rosa con las de Pinedo y el Saler. Y todo sin apartarse de la ley.