La Sindicatura de Cuentas ha cuestionado muy duramente el sistema de subvenciones utilizado por el Ayuntamiento de Valencia, que a su juicio, utiliza demasiado la asignación sin concurso y a menudo no comprueba la efectiva realización de la actividad subvencionada. Según su último informe, referido al año 2011, el consistorio pagó ese año 28,7 millones en subvenciones, de los cuales 15,3 se concedieron directamente y el resto con "concurrencia competitiva".

En términos globales, la Sindicatura de Cuentas da un aprobado a la gestión del Ayuntamiento de Valencia. Le otorga 6.198 puntos frente a los 7.326 que por termino medio concede a los municipios de más de 50.000 habitantes, una buena puntuación si se tiene en cuenta que lo que suma son los defectos de gestión.

En el asunto de las subvenciones, sin embargo, le da 994 frente a los 540 de media. Enumera la sindicatura falta de registros con información de las subvenciones, falta de presupuesto para todas las ayudas, ausencia de un plan estratégico de subvenciones o la concesión de dinero público sin la publicidad que legalmente correspondía.

Especial mención merece el área de comercio, donde no siempre se comprueba que el importe de la subvención no supere la actividad subvencionada, que no se destinen ayudas a deudores o sancionados o que la actividad beneficiada cumpla realmente sus objetivos.

De estas críticas ya ha tomado nota el Ayuntamiento de Valencia y así lo hace constar en sus alegaciones el vicealcalde Alfonso Grau, que recuerda que en la Comisión de Hacienda de enero de este año se aprobó un plan estratégico de subvenciones y que los grupos municipales presenten en el primer trimestre de cada año la justificación de las asignaciones percibidas el año anterior. Y es que la Sindicatura de Cuentas también echa en falta que los grupos municipales lleven una contabilidad de las ayudas que perciben, lo que impide saber si cumplen con la normativa vigente.