Si de normal el tránsito a la vida adulta es complicado, para un niño autista lo es más. Más de 160 expertos y padres de menores con esta discapacidad acudieron el fin de semana al complejo cultural de La Petxina para debatir distintos aspectos relacionados con la calidad de vida de los afectados por este trastorno. Tras el análisis, llegaron las conclusiones: faltan recursos.

Ejemplo de ello es que, a estas alturas de curso, momento en el que se debe proceder a la matriculación de los niños, los padres de los autistas no saben dónde tienen que hacerlo, puesto que no se les facilita una lista con la ubicación de las aulas especiales que existen en los centros ordinarios. "Se ha recortado en todo, también en la ley de Dependencia, pero al menos podrían tratarnos como al resto de padres y decirnos en condiciones y plazos dónde tenemos que llevar a nuestros hijos el curso que viene", explicó a Levante-EMV Juan Carlos Martínez, presidente de la asociación Proyecto Autista. "El proceso por el que se diagnostica al menor hasta que se le lleva a un aula especial es de casi un año", lamentó. En este sentido Martínez indicó que la falta de recursos se plasma no sólo en la lentitud del proceso o la falta de información, sino en el número mismo de aulas. "En la Comunidad de Madrid hay tres veces más clases especiales que aquí", criticó. Con todo, la asociación reclama "un plan de choque" que cambie la "precaria" situación que viven estos pequeños.

La conferencia "Porque crecemos" quiso centrarse en los adolescentes autistas, en aquellos afectados que ya han superado la etapa de primaria y se adentran en los estudios de secundaria. "Se trata de mostrar unos modelos de calidad de vida. Queremos que puedan conseguir puestos de trabajo habiendo obtenido su titulación primero", señaló Martínez. Para ello, existen protocolos de orientación laboral que los pedagogos están poniendo en marcha ya en distintos centros. "No es un problema de especialización, es la sociedad la que está descolgada de los profesionales".