El toldo de la plaza de la Virgen no siempre estuvo anclado a la finca opuesta a la Basílica. Durante los años 60, el entoldado se instalaba gracias a unos postes desmontables que se colocaban sobre la plaza para aguantar el peso. Con apretar un solo botón se desplegaban dos enormes lonas mediante un sistema de poleas. Sin embargo, el inventor del toldo, Ricardo Cánoves "El Pernales", propuso, en 1967, colocar seis argollas (una de ellas, doble) en los pilares de la finca que se estaba construyendo frente a la Basílica con el objetivo de aumentar la sujeción de la cubierta. Por aquel entonces no hubo oposición alguna al proyecto ya que no existían vecinos en la finca. Cuando se comprobó que con la sujeción directa entre la Basílica y la finca los postes eran innecesarios, éstos desaparecieron. m. rosvalencia