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Para que el pan sea perfecto se debe hacer con cariño. Al menos así lo asegura Javier Guirado, hornero de profesión y galardonado con el primer premio al mejor pan de Valencia que otorga el Gremio de Panaderos y Pasteleros cada año. "Crujientes por fuera, pero esponjosos por dentro" define sus panes. El horno, de nombre Avenida de Ecuador, está en la avenida que su nombre indica en el número 61 (Benicalap), en marcha desde hace más de 25 años.

En el concurso compiten 19 horneros de Valencia y el jurado que decide el mejor pan está compuesto por profesionales de la panadería, representantes de asociaciones de amas de casa y consumidores, dos profesores de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politécnica y un periodista gastronómico. Los concursantes deben llevar cinco pataquetas, cinco roscos y cinco barras a presentar. Es entonces cuando el jurado los corta para ver y probar la textura de la miga, el aroma y el sabor y elegir así al ganador del concurso.

Pedro López Morales, suegro del hornero vencedor Javier Guirado y tercer premio del concurso de panes, trabaja también en el mismo horno. Fue él quien enseñó a su yerno el oficio desde que entró en el horno a trabajar con solo 13 años. Ahora, con 37 años, el pupilo ha superado al maestro. "Concursamos por colaborar con el gremio, no por el premio", afirma Guirado. El ganador del concurso recibe una placa conmemorativa, ya colgada en las paredes del horno Avenida de Ecuador junto con otras placas de diferentes concursos, además de 150 euros. El segundo premio fue para Rafael Arnal del horno de la Carretera Real de Madrid y todos los panes elaborados para el concurso se destinaron a entidades benéficas de Valencia.

Para conseguir la textura adecuada del pan es muy importante darle el punto exacto de sal, aunque Guirado mantiene que el secreto de su receta es sobre todo el cariño. "Sólo con cariño se puede hacer buen pan, aunque añadiría que hay tener muy buena mano y harina de calidad", detalla una de las trabajadoras del horno.

El precio para saborear el mejor pan valenciano es de 75 céntimos la barra. "El pan artesano no puede ser más barato" asegura Javier Guirado y añade que "las barras a veinte céntimos están acabando con el oficio de hornero", ya que los hornos pequeños no pueden competir con los precios de las grandes empresas, aunque sí con su resultado. "Lo hacemos todo artesano, nada congelado, pero el gasto de las máquinas, la luz, los trabajadores y los ingredientes, todo ello hay que pagarlo y obtener un beneficio", explica.

El hornero reconoce que en su mesa nunca falta el pan y que se come barra y media o dos panes al día. "El pan no engorda por mucho que digan los dietistas", afirma. Los trabajadores del horno Avenida de Ecuador se sienten muy satisfechos con el primer premio y han recibido felicitaciones de sus clientes desde que se anunció, así como un aumento de la clientela. "Se nota que nos han dado el primer premio porque está viniendo más gente" garantiza una de las panaderas. "Hemos crecido con este pan, siempre lo compramos aquí y es el mejor" asegura una vecina orgullosa de contar con el mejor pan de Valencia justo debajo de casa.