El primer debate de las jornadas falleras de «Les Converses», organizadas por la Associació d'Estudis Fallers (Adef), se centró en los modelos de gobierno que rigen la fiesta a lo largo y ancho de la Comunitat Valenciana y su posible importación a la ciudad. José Manuel Benet, expresidente de la Junt Local Fallera de Xàtiva; Ferran Martínez, exmiembro de la Junta Local Fallera de Torrent; y Josep Nos, presidente de la Federació de Falles de Borriana, utilizaron ayer sus experiencias festeras en sus localidades, donde hay 11.000 falleros y 65 comisiones, para analizar la situación.
En su intervención, Benet señaló que en el caso de Valencia, «los falleros tendrían que preguntarle al concejal de turno que eligen para la Junta Central Fallera si le gustan las Fallas, porque a lo mejor no le gustan» y destacó que en la capital de la Costera, Alfonso Rus permite que los presidentes de las comisiones escojan en una asamblea al presidente de la Junta Local.
En el caso de Torrent, Martínez desgranó el sistema con el que funciona la junta, resaltando que, en su opinión, hay que dejar que el concejal tenga sus papel en la fiesta. «Al político le interesa aparecer en la foto con la fallera mayor, no la gestión del día a día de la fiesta. El fallero de base ve a los políticos en los actos y cree que trabajan por la fiesta, pero son otros los que tiran del carro».
Por último, Nos habló de la Federació de Falles de Borriana, organismo independiente del ayuntamiento. «Las Fallas necesitan ocupar la calle y hace falta tener de cara a la administración, eso se puede conseguir siendo independientes. Se cede al político el protagonismo que a él le interesa, mientras los falleros se encargan del gobierno de la fiesta. Eso es bueno para todos».
La «independencia» de Valencia
Inquiridos por la viabilidad que tendría en Valencia una federación fallera independiente del ayuntamiento, en la que los propios falleros pudiesen autogobernarse, los conferenciantes mostraron serias dudas de su éxito en el Cap i Casal. En este sentido, Benet aseguró que los falleros valencianos lo tienen «fotut» si quieren llevar a cabo esa remodelación. «Mientras la alcaldesa sea la que elige el presidente de la JCF y el poder político se mantenga, hacer un cambio es complicado, porque las subvenciones proceden del ayuntamiento». Nos quiso aportar optimismo al indicar que «el fallero debe organizarse y hacerle ver a los políticos que pueden dejar de gestionar la fiesta y mantener su cuota de pantalla. Primero se pondrán nerviosos y luego os escucharán».
Por su parte, el presidente de la Adef, Jesús Peris, realizó una llamada a la organización del mundo fallero para «convencer» a los responsables municipales de un cambio de sistema en el gobierno de las Fallas. «El político no va a ceder poder sin motivo. Hace falta ir y convencerlo para que lo haga, aunque sólo sea por salud democrática. La idea de que si se crea una federación de fallas independiente ya no habrá subvenciones municipales refleja el temor al poder. Además de la fiesta de la sátira, las Fallas son la fiesta de la 'cabotà'», sentenció Peris.
