La empresa responsable del circuito de «karts» situado en la calle Marco Sopena con el Paseo de Neptuno, en la playa de Las Arenas, ha empezado a desmantelar las instalaciones tras la negativa del Ayuntamiento de Valencia a prolongar la autorización de esta actividad ni visar el proyecto de parque de educación vial presentado como alternativa. Los camiones retiraban ayer los escombros de las casetas y una vez que quede despejado el solar albergará otras actividades como ferias o circos.
El circuito de «karts« surgió al amparo del gran premio de Fórmula 1 en el año 2008. De su desarrollo se encargó la firma Valmor Sport, responsable de la organización, pero una vez extinguida esa responsabilidad era el Ayuntamiento de Valencia el que tenía que decidir si mantenía la autorización.
Por distintos motivos, entre los que podría haber deudas, en mayo del año pasado el consistorio decidió clausurar el circuito y ordenar su desmantelamiento, pero la empresa hizo una propuesta alternativa para montar un parque de seguridad vial similar al que hay en Viveros y poner también un circuito de minicoches.
Esa petición demoró la sanción municipal, pero finalmente se desestimaron todas las peticiones y se ordenó el desmantelamiento del «karting».
Ayer, operarios de una empresa de derribos tiraban las últimas construcciones sólidas del solar y ya sólo quedan por retirar los neumáticos que configuraban el trazado del circuito.
Cuando este gran solar, situado en un lugar privilegiado de Valencia, junto a la playa de Las Arenas (Cabanyal) y la Marina Real Juan Carlos I, esté completamente despejado, el Ayuntamiento de Valencia, en concreto la Concejalía de Patrimonio, podrá disponer del mismo para las actividades temporales que le soliciten, siempre bajo la fórmula de autorización y no de concesión.
Por ejemplo, se podría conceder autorización para instalar la Feria de Julio, que ya estuvo en este lugar antes de desplazarse al Grao, o los circos de Navidad.
Lo que no hay por el momento es un gran proyecto que instalar allí definitivamente. Esa posibilidad se esfumó cuando la empresa Mibor Urbana, del grupo Onofre de Miguel, renunció a la construcción de un complejo termal que le había sido concedido en marzo de 2011.
En este espacio también estaba previsto construir más de doscientas viviendas.
