Cientos de usuarios de un gimnasio especializado en personas tetrapléjicas se juegan el tipo a diario circulando por la calzada con sus sillas de ruedas ante la imposibilidad de transitar por las aceras como el resto de peatones. Acudir al centro deportivo Tetrasport Wellness, unas instalaciones únicas en Valencia y situadas en la calle Puerto de Santa María, en Campanar, se ha convertido en un importante estímulo para los 180 discapacitados que hay inscritos, sin embargo, la mayoría tiene que hacer una carrera de obstáculos, con bordillos sin rebajar y coches aparcados en doble fila, para llegar al gimnasio.
Muchos de los clientes del gimnasio utilizan para llegar al mismo el autobús adaptado de la EMT, que tiene una parada en la avenida General Avilés. Para llegar desde allí al centro deportivo, los usuarios tienen que recorrer con sus sillas unos 300 metros. La ausencia de rampas les impide hacerlo por la acera y se ven obligados a bajar a la calzada y a circular junto a coches, furgonetas y motos.
La asociación valenciana Tetrasport, fundada hace tres años para promover el deporte saludable entre personas tetrapléjicas, lleva ocho meses esperando que la Concejalía de Urbanismo responda a su petición para hacer accesibles las aceras de la calle Puerto de Santa María, perpendicular a General Avilés, arteria principal del barrio de Campanar.
El gimnasio, impulsado por el profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física de la Universitat de València Javier Brizuela en colaboración con la asociación Tetrasport llevaba varios años funcionando en un local de la universidad, que se ha quedado pequeño ante el aumento de la demanda. Esto les llevó a buscar un local más grande y en octubre abrieron las nuevas instalaciones en Campanar.
El presidente de Tetrasport, Javier Mollá, lamenta que el ayuntamiento «ni siquiera haya respondid» a su petición, a su juicio «sobradamente justificada porque al gimnasio vienen diariamente cientos de personas». Ademas, «no requiere una gran inversión; no pedimos que levanten la calle, sólo que hagan los rebajes en las aceras y que pongan tres plazas para discapacitados en la entrada», explica Molla.
Y es que llegar desde el bus al gimnasio no es fácil, pero tampoco lo es hacerlo en coche. El entorno del centro deportivo es una zona donde prolifera la doble fila, lo que hace muy complicado que los vehículos adaptados puedan estacionar en la entrada del gimnasio para dejar a los usuarios, entre los que hay varios niños con parálisis cerebral.
La asociación Tetrasport demandó en su escrito del pasado mes de octubre que se habilitasen tres plazas de estaciomiento para discapacitados. Tampoco ha habido respuesta.
«Cumplimos todo lo que nos pidieron: presentamos el escrito argumentado, acompañado con fotografías que demostraban que es imposible moverse por esas aceras y un mapa del recorrido... y casi ocho meses después ni nos han respondido». «Creo que es un tiempo exagerado para una intervención tan poco costosa», apunta Javier Mollá.
«Cada vez son más los usuarios que se apuntan al gimnasio para mejorar su calidad de vida a través del ejercicio físico», apunta la entidad en su escrito, en el que solicita al consistorio que instale «rampas en todas las aceras del recorrido para que los usuarios no pongan en peligro su integridad física circulando por la calzada».
