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Desprendimientos

Los balcones de una finca pendiente de rehabilitar se desploman en Orriols

Los vecinos reclaman más ayudas públicas para reparar los edificios del barrio, muchos de ellos afectados por aluminosis desde hace años

Los balcones de una finca pendiente de rehabilitar se desploman en Orriols

La balconada del primer y segundo piso de un edificio de unos 60 años de antigüedad ubicado la calle Padre Viñas esquina con Agustín Lara, en el barrio de Orriols, se desplomó el miércoles a media tarde. Aunque a esa hora había bastante gente en la calle por la que acababa de cruzar una manifestación vecinal para reclamar mejor servicio de limpieza en el barrio, el desprendimiento de los balcones no causó daños personales.

Los vecinos del inmueble no daban ayer crédito a lo ocurrido y aseguraban aliviados que «ha sido un milagro que no pasara nadie por debajo en ese momento». La finca, de cinco alturas, había sido objeto de una reforma hace unos años y estaba pendiente de una nueva intervención debido a las grietas que se habían observado en la fachada.

«Teníamos aprobada la derrama y el proyecto», explicaba ayer uno de los vecinos afectados. En el edificio viven 30 vecinos y cada puerta tenía que pagar 300 euros para repara los desperfectos. «Ahora no sabemos cuánto nos va a costar esto», se lamentaban ayer los propietarios. En la finca donde se desplomaron los balcones viven muchos jubilados, familias en paro e incluso ocupas. «Como sea tendremos que arreglarlo porque si no el ayuntamiento nos echa de las casas».

Orriols es un barrio popular de gente trabajadora muy sacudido por la lacra del paro y con un alto porcentaje de población inmigrante. «Yo digo que cada calle es un continente», comentaba ayer uno de los vecinos afectados.

La voz de alarma la dio el dueño de la frutería que hay en el bajo del inmueble, un inmigrante de origen argentino que avisó a los vecinos de que estaban cayendo cascotes al suelo. Al poco tiempo los balcones se desplomaron sobre la acera y la calzada.

La policía local y los bomberos acudieron a la zona y acordonaron el perímetro del edificio, en espera de que los inspectores determinen los daños que sufre el inmueble, cuyos vecinos no han sido desalojados.

Fuensanta y la Esperanza

El edificio de la calle Padre Viñas no es el único que presenta problemas estructurales. Muchas fincas de Orriols construidas durante la época del desarrollismo están afectadas por la aluminosis, una «patología» de los edificios que se construyeron entre los años 60 y 70 del siglo pasado con hormigón de mala calidad. De hecho, a pocos metros de la finca afectada por los desprendimientos hay otro edificio con lonas de protección en la fachada afectado también por la aluminosis. «Lleva así varios años pero no se repara y la gente está viviendo dentro», comenta otro vecino.

La aluminosis ha tenido especial incidencia en otros barrios de Valencia como la Fuensanta, donde se repararon casi 900 vivivendas afectadas por el problema, y la Esperanza. Al ser viviendas de protección oficial, el coste de una parte de la intervención lo asumió la Administración.

Algunas comunidades de propietarios acometieron hace algunos años reformas en sus edificios afectados por aluminosis. «En mi finca nos gastamos más de 6.000 euros por puerta para arreglar los problemas de aluminosis», apuntaba ayer Rosario, una vecina de Orriols.

En su caso tuvieron suerte porque el Estado subvencionaba parte de la intervención. «Ahora no dan ayudas de ningún tipo», añade la misma vecina. «Todo esto vale mucho dinero y la gente no lo puede pagar porque muchos están en paro», se lamentan los vecinos.

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