La Asociación de Comerciantes del Centro Histórico se ha movido rápidamente y ha evitado a sus asociados el trauma que supondrá, el 1 de enero de 2015, la extinción de los contratos de alquiler de renta antigua para personas jurídicas. Sin embargo, pese a los empeños de la entidad para evitar que algunos de los comercios más emblemáticos del centro tengan que cerrar al encontrarse con un alquiler elevado, aún hay locales que han dejado los deberes para el último momento.
Es el caso de Sombreros Albero, situados en la calle Xàtiva desde 1820. Según fuentes de este establecimiento, que forma parte de la lista de comercios históricos que elaboró el Ayuntamiento de Valencia el pasado año y que había repasado en una serie de reportaje el diario Levante-EMV apenas un año antes, los arrendatarios del local van a adquirirlo en propiedad para evitarse el problema de llegar al día uno de enero y encontrarse con un alquiler actualizado al que no poder hacer frente, según explicaron fuentes del local.
No es el único caso. Un local asociado a la entidad que dirige Julia Martínez, situado en la plaza de la Reina, se encuentra en negociaciones con los propietarios del establecimiento. Según fuentes de la entidad, los dueños del local quieren instalar un negocio hostelero en el local que ahora ocupa una conocida tienda de guantes que abrió sus puertas a finales del siglo XIX. Calzados Cots, en la calle Músico Peydró, tendrá que renegociar el contrato para evitar cerrar.
La mayoría de comercios del centro histórico, sin embargo, están «a salvo» de este cambio en la normativa. La inmensa mayoría de ellos, consultados por este diario, o bien cuentan con un alquiler actualizado porque se han trasladado a nuevas ubicaciones o poseen en propiedad el establecimiento. Los que no puedan hacer frente al nuevo alquiler se verán abocados al cierre.
