En contra de lo que todo el mundo piensa, el uso del casco no es obligatorio en la ciudad, salvo para los menores de 16 años. Lo que sí es motivo de sanción es no llevar timbre o freno incorporado en la bicicleta. También es obligatorio llevar una prenda reflectante y luces por la noche. Además, no se puede circular por la acera; está prohibido. Sobre el aparcamiento, se puede atar a cualquier elemento del mobiliario urbano siempre y cuando no haya un aparcabicis a menos de 50 metros y no se utilice un dispositivo metálico protegido por un plástico o tela que evite dañar la estructura. También existe la excepción de las farolas de alumbrado público, donde atar la bici es motivo de sanción.

De igual modo, está prohibido circular con cascos o auriculares, o utilizar el móvil mientras se utiliza la bicicleta. Se contempla como infracción grave que un peatón o vehículo a motor vaya por un carril bici. ¡Ah! Y si un coche va detrás de la bici, debe ir a una distancias mínima de tres metros.

Para los más despistados, se considera «residuo sólido» una bicicleta que permanezca en la vía pública sin al menos tres de los elementos necesarios para circular: ruedas, frenos, timbre...

En el año 2009 un total de 339 bicicletas se vieron implicadas en accidentes de tráfico, alcanzando a 252 víctimas ciclistas. Dos años más tarde, ya con Valenbisi, el número de bicicletas implicadas en siniestros llega a las 427 e implica a 322 víctimas. De 2010 hasta los últimos datos disponibles (2012) 1.246 bicis han tenido un accidente; mientras que el número de víctimas mortales es el mismo en uno y otro año, uno.

Por su parte, los accidentes con peatones son superiores a los siniestros en bici. Quizá, ser peatón entrañe más riesgos.