En contraste con las pancartas independentistas de Catalonia Is Not Spain, lo que ayer quedó claro en el Passeig de l'Albereda de Valencia es que la Comunitat Valenciana sí quiere serlo y presumir de ello. Al menos, para sus primeras autoridades públicas y también a ojos del Gobierno central. En el acto castrense con motivo de la próxima festividad del Pilar, patrona de la Guardia Civil, que este año se ha celebrado en Valencia, el ministro del Interior fue contundente y, además, con una expresión cargada de connotación, cuando mostró su «gratitud» a «un pueblo, el valenciano, compuesto por gentes que, manteniendo su identidad, siempre se demuestran dispuestas a ofrecer nuevas glorias a España, como con orgullo se invoca en vuestro himno».

Aunque el día era de la Guardia Civil y no el de la Fiesta Nacional, el concepto de la unidad española mezclado con el «regionalismo bien entendido» impregnó todos los discursos políticos de la jornada. El primero fue el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que donó una bandera española a la VI Zona de la Guardia Civil y se encargó de subrayar que «la bandera nacional representa la unión del pueblo español, encarna valores e intereses comunes que compartimos a lo largo y ancho del Estado y que son y deben seguir siendo indisolubles». Mensaje a Cataluña. Fabra también alabó la «conciencia de unidad y fraternidad» entre españoles que posibilita el trabajo de la Guardia Civil, encargada de la seguridad en 516 de los 542 municipios valencianos.

Más vehemencia y pasión le puso a esa línea argumental la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, madrina de una bandera que besó de forma efusiva en varias ocasiones. «Próxima a celebrar su fiesta grande el día 9 d'Octubre», afirmó, la tierra valenciana «reconoce su singularidad como pueblo al tiempo que se siente orgullosa, muy orgullosa, de formar parte de esta gran nación que es España». Los aplausos del público uno de los pocos momentos políticos aplaudidos jalearon la frase de Barberá. Para la alcaldesa, la bandera rojigualda entregada ayer al instituto benemérito «simboliza la esencia de un pueblo que quiere vivir en armonía en este precioso espacio del mundo que llamamos España».

«Oh, Dios, bendice esta bandera, emblema de la nación española», oró el arzobispo castrense antes de bendecir la enseña. El jefe de la VI Zona de la Guardia Civil definió la rojigualda entregada como «símbolo de la patria inmortal» antes de gritar un marcial «Viva España».