A Colalucci le gustaron «muchísimo» los frescos de San Nicolás, que datan de 1697 y principios de 1700. Dijo que demuestran «el carácter y un sentido muy fuerte de la decoración» por parte de Dionís Vidal, que ejecutó el programa pictórico diseñado por Palomino. Con la intervención en San Nicolás, una iglesia que se construyó sobre una antigua mezquita tras la Reconquista, Valencia redescubre «una nueva riqueza» porque antes de estas obras «no se veía nada» y «ahora se contempla una maravillosa pintura», afirmó Colalucci.

Por su parte, la investigadora del Instituto de Restauración del Patrimonio de la UPV y directora del proyecto, Pilar Roig, destacó que las obras «van perfectamente» y que «se están cubriendo sobradamente» los plazos establecidos con lo que espera que concluyan en noviembre o diciembre de 2015.

Roig explicó que ya se desmontó el andamio de la primera crujía de las seis crujías del templo. El 4 de noviembre se quitará el de la segunda crujía y se está empezando con la tercera. De este modo, el público que entre podrá observar la evolución de la restauración y comprobar «lo sucias» que estaban las pinturas y su estado original.