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Un modelo único en Valencia

Electricidad por el bien común

La Cooperativa Eléctrica de Castellar, a punto de cumplir su 90 aniversario, da servicio a 8.000 personas y es un caso único en Valencia

Electricidad por el bien común

Se trata de un caso excepcional, único en la ciudad Valencia. La Cooperativa Eléctrica de Castellar da servicio a cerca de 8.000 personas con tarifas de luz más baratas que las que ofrecen las grandes compañías suministradoras de este país y, además, lleva a cabo una labor social y cultural envidiable. Es un ejemplo de gestión de un bien común que, pese a la presión de los grandes lobbies, ha conseguido resistir desde la pequeña pedanía del cap i casal ubicada en l'Horta Sud. Está a punto de cumplir 90 años.

La historia de la Cooperativa Eléctrica de Castellar se remonta a 1916, cuando un particular, José Alpera Roig, suscribió un contrato con la sociedad anónima «El Volta» para el suministro de energía eléctrica para la pedanía. Ante la inviabilidad de la gestión „ya que por aquel tiempo no era nada rentable„, en 1923 traspasó los derechos y obligaciones a los propios vecinos, aunque asumió el contrato Marcelino Gimeno Mocholí, en representación de un total de 225 propietarios del pueblo. Un año más tarde, el 1 de agosto de 1924 se constituía legalmente la Cooperativa Eléctrica de Castellar.

La cooperativa distribuye electricidad principalmente a los vecinos de las pedanías de Castellar-Oliveral y Forn d'Alcedo, pero también llega por el este hasta la autopista de El Saler, por el sur suministra a las zonas limítrofes de Alfafar y Sedaví, y por el norte incluye la zona comprendida entre la estación Fuente San Luís y el nuevo cauce del río Turia. «Si no hemos crecido más, es porque no nos han dejado», asegura su presidente, Fermín Valle, que a sus 84 años transmite una vitalidad contagiosa. «No hemos podido avanzar nunca. Con el franquismo tirábamos hacia delante por el componente social de la cooperativa, pero en los 70, aún con Franco, no nos dejaron crecer y favorecieron a lo que es hoy Iberdrola. De hecho, intentaron comprar la cooperativa, casi confiscarla, pero no pudieron. Con la democracia se impuso el modelo capitalista y se ha regulado para beneficiar siempre a las grandes compañías en detrimento de los más pequeños. Pero aquí seguimos», se enorgullece el presidente.

Aseguran que durante años la antigua Hidroeléctrica „hoy Iberdrola„ frenó la expansión de la cooperativa de manera muy sencilla: no les ofrecía la potencia que demandaban para poder ampliar su red. Con la regulación del sistema, se solventó este problema pero apareció uno nuevo: «A grandes empresas y a pequeñas cooperativas nos exigen lo mismo, cuando las capacidades económicas de unos y otros no son las mismas. Nos aprietan como demonios con la normativa, pero resistimos», vuelve a recalcar Fermín Valle.

El dinero

La otra «gran mentira» del sistema actual es el denominado mercado libre, denuncian desde la cooperativa. «Los grandes controlan los precios y el gobierno ya se ha dado cuenta de ello», apunta Rafa Crespo, vicepresidente de la entidad. Pese a todas las trabas administrativas, la Cooperativa Eléctrica de Castellar puede ofrecer unas tarifas más económicas a sus socios. «Y si el mercado fuera de verdad libre, todo el pueblo estaría con nosotros», interviene Fermín Valle que, sin embargo, recuerda que ese no es el objetivo del colectivo: «Nosotros no lo hacemos para ganar dinero, pero en 90 años que llevamos en marcha el ahorro de los socios es de millones y millones?. Queremos ganar para ahorrar, para que se beneficien los socios y poder llevar adelante nuestra labor social».

En efecto, la de Castellar cumple con ejemplaridad con las bases del cooperativismo. Entiende la energía como un bien en interés común. «La energía es vital para las personas y a nadie se le puede negar. Nosotros no le cortamos la luz a quien no puede pagar, sino que le ayudamos a pagar», aseguran. Además del buen precio, se enorgullecen de ofrecer una atención al cliente cercana de y de calidad. Su misión es cuidar al máximo a sus 2.600 socios.

Pero sobre todo, la cooperativa ha sido un auténtico motor social y cultural para el pueblo. En 2002 inauguraron una nueva sede social que, en realidad, es un gran contenedor cultural. Realizan exposiciones, conciertos, charlas, cuentan con una biblioteca para todo el pueblo, colaboran con entidades locales e incluso se atreven con la publicación de libros. Por si fuera poco, la cooperativa, a través de un acuerdo con otra compañía, llevó wifi de calidad y potencia para todos los vecinos.

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