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La mirada del jueves

Seda i vellut

Seda i vellut

Durante la edad media el cultivo de la seda fue importantísimo en Valencia. Se cuenta que las primeras simientes de gusanos de seda y las hojas de morera llegaron del extremo Oriente, de Serinda, siendo al-Andalus la primera región europea en donde se desarrolló la cría del gusano de seda en forma masiva.

En Valencia eran las campesinas las que se encargaban de criar los gusanos de seda, la simiente en primavera, los capullos en verano, la seda cruda en invierno y al llegar de nuevo la primavera, llevaban las madejas a la ciudad para su venta.

El gremio de tercioperleros fue fundado en 1474 y ratificado por Fernando el Católico en 1479. Disponía de más de 200 tornos con los que obtenían un hilo de seda de una gran calidad. A finales del siglo XV sederos genoveses trajeron el arte de tejer el velluto o terciopelo de seda, entonces los tejedores de terciopelos valencianos recibieron el nombre de velluters. Con el tiempo asumieron también competencias sobre la fabricación de velos finos, el alquinal para las mujeres musulmanas con el que se cubrían la cabeza y la beatilla para las cristianas, que la llevaban a modo de velo o mantilla. Draps de cap i vels, decían ya entonces mientras convivían en la Valencia de la edad media en perfecta armonía religiones, culturas e indumentarias.

En el barrio de Velluters, los gremios de sederos y terciopeleros hilaban y torcían tan bonitas sedas que Carlos II, en 1686, les concedió el privilegio de elevar su rango a la categoría de Colegio y el trabajo de la seda a Arte Mayor, siendo éste el mayor privilegio recibido por el gremio de velluters en toda su historia. Lamentablemente, con el decreto de Nueva Planta promulgado por Felipe V los gremios y colegios perdieron su representación en el Consejo de la Ciudad -actual Ayuntamiento-. Finalmente, el decreto de libertad de industria, aprobado por las Cortes de Cádiz, supuso el fin del Colegio en 1813. Años más tarde, la industria de la seda se hundió con lo que muchos quedaron sin trabajo siendo empleados en las obras de derribo de la muralla cristiana, decretado por el entonces Gobernador, Cirilo Amorós, quien buscaba así reducir las cifras de parados.

Dos edificios fueron testigos de la potente industria de la seda en la Valencia de la edad media, el Colegio del Arte Mayor de la Seda y el más emblemático de la ciudad, la Lonja de los Mercaderes, también llamado Lonja de la Seda.

El Colegio del Arte Mayor de la Seda posee un interesante archivo documental, libros sobre fabricación de tejidos, cerámicas de incalculable valor, pinturas, telas antiguas, maquinaria, una capilla y a sus pies una escalera gótica de caracol labrada en yeso, copia de la que hay en la Lonja de la Seda, obra atribuida a Pere Compte. Fue declarado Monumento Histórico Artístico, Bien de Interés Cultural y, en 1995, la Generalitat le concedió el título de Colección Museística Permanente. No obstante, durante muchos años Generalitat y Ayuntamiento han mirado para otro lado sin comprometerse mientras el Colegio del Arte Mayor de la seda se caía a pedazos. ¡Tanta historia y tanta belleza sumidas en tal grado de abandono clamaban al cielo!. Por fortuna la Fundación Hortensia Herrero ha decidido rehabilitar el Colegio.

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