A caballo de los siglos XIX y XX, el mundo pictórico valenciano reclamaba cambio e innovación. Pinazo, Antonio Cortina, Yuste, Sorolla, Antonio Fillol, Stolz, Mongrell€ comenzaron a salir a la calle y a tomar apuntes del natural, abriendo sendas al «impresionismo». Destacó en esta actividad de dejar el estudio y buscar los paisajes naturales, Antonio Fillol, del que Manaut, en El Mercantil Valenciano (7 diciembre 1930), lo calificaría capitán del impresionismo.
Fillol fue pintor de tipos y costumbres populares valencianas: La creu de maig, La procesó, La traca, Els apòstols, El Corpus€ son sus estampas coloristas reflejo del diario vivir valenciano. También, personajes antaño muy populares, bastantes de ellos nacidos del refranero, como La comare de Foyos, La delicà de Gandia, Chaqués l´oliero, Lo Ferrer de Tibi, Pere tacà, El tonto del panerot, El francés de Russafa€
Fijémonos como ejemplo en uno de sus lienzos, «La comare de Foyos», que pintó en 1916. Existe entre los refranes valencianos algunos relativos a «la comare de Foyos» como «La comare de Foyos porta carota de la randa mes fina que hi ha ací en l´ horta» o «Ser com la comare de Foyos, per a melons Foyos». Hacía referencia el dicho a que las mujeres de Foyos tenían fama de arreglarse tanto para salir a la calle, de acicalarse y emperifollarse, que llegaban tarde a todos los sitios. En el programa de sus fiestas patronales se hace memoria de ello. Su bisnieto, Ignacio Gómez, mantiene vivo el recuerdo del pintor.
El lienzo La comare de Foyos fue estudiado por la profesora Esperanza Blasco Liante en su tesis doctoral en la Universidad Politécnica de Valencia, la cual tituló «La obra artística de Antonio Fillol Granell, 1870-1930». El lienzo tiene su origen en los años en que Fillol se propuso pintar una colección de obras recogiendo en sus temas los personajes y tipos populares o del refranero. Es un cuadro de las características de La delicá de Gandía por su tamaño, cromatismo, fondos, edad de la modelo, facciones poco agraciadas, dos lienzos gemelos.
«En Foyos, Fillol tomó varios apuntes de los alrededores del pueblo los que representó en el fondo del lienzo; pero la tela en sí la realizó en su estudio de Cirilo Amorós, siendo la modelo la portera que había en la finca, por considerarla idónea a su personaje entre las conocidas del barrio del Carmen y el de Colón», cuenta Esperanza Blasco, para quien La comare de Foyos debió ser una mujer dicharachera, atrevida y con aire un tanto mandón; rechoncha y edad de estar de vuelta; poco afortunada en su físico y dándoselas de peripuesta. En el lienzo, allá en la lejanía, la perspectiva del pueblo con su iglesia y campanario, que eligió entre los apuntes que previamente había tomado, dando el título al cuadro de la comare de donde es oriunda.
«Fillol utilizó el cromatismo y claroscuro para representar unas facciones propias de la comare entrada en años y de su pincel. Observa detenidamente el semblante y con su alma de psicólogo la retrata con una veracidad que da fe el mismo lienzo. Es un rostro perfecto, marcando arrugas y músculos envejecidos, dibujados con toques de pincel cada vez más sueltos», dice Esperanza Blasco.
El ropaje de la comare era propiedad de Fillol, que luego se lo pasó al pintor Gabriel Esteve, su alumno, quien lo guardó en vida. Gabriel Esteve visitó en numerosas ocasiones el pueblo, pues cuando le encargaban pintara la imagen de la Virgen de los Desamparados llegaba a una casa de la calle Secretario Higón, donde la familia propietaria conserva una imagen de la Virgen del siglo XVIII, se pasaba horas y horas delante de ella para inspirarse, luego se volvía a Valencia y la pintaba.
