En el libro El Palacio Real de Valencia, editado en 2005, Josep Vicent Boira, lleva a cabo la más completa radiografía de lo que el com plejo supuso para Valencia. Un intento, riguroso y metódico, por desvelar el porqué de su demolición. Como las razones estratégicas apenas se sostienen, Boira mantiene la teoría de que se hizo para obtener recursos materiales y económicos para la guerra. En el mes y pico que se tardó en derruir el palacio „ del 10 de marzo al 14 de abril„ se recaudaron casi 60.000 reales de vellón con el hierro y la madera vendidos, a lo que habría que sumar lo recaudado mediante la venta de las piezas artísticas que albergaba. A finales del siglo XIX, Teodoro Llorente incidía en la «incomodidad política» que representaba el majestuoso Palacio Real de Valencia en unos tiempos de uniformidad y centralismo borbónicos. En 1813 hubo un tímido intento de reconstrucción que se saldó con el apilamiento de los escombros en lo que hoy se conoce como la Muntanyeta d'Elio, situada en los Jardines de Viveros, otra gran» olvidada». Como curiosidad, el arquitecto Paco Taberner, incidía ayer en que el palacio albergó durante casi un siglo el Santo Caliz, por lo que podría incluirse como una de las rutas. También apuntaba a una maqueta, que tardó años en hacerse realidad, y que se conserva en el Museo del Ejército, en los cuarteles de la Alameda. m. mínguez valencia