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«Recrimino sin piedad la actuación de los conductores que...»

El examen medía la capacidad intelectual, la capacidad de concentración y tenía un test de personalidad

El examen para la bolsa de trabajo de la EMT constaba de 15 folios dividido en cuatro bloques temáticos con tres horas como máximo para responderlo. La parte de capacidad intelectual contaba con 30 cuestiones. El apartado de orientación espacial constaba de 36 ejercicios; el de rapidez perceptiva estaba formado por 24 ejercicios; y el test de personalidad preguntaba a los aspirantes por 57 situaciones.

El examen de acceso a la bolsa de trabajo de EMT Valencia, con 300 plazas en juego, midió la capacidad intelectual de los aspirantes, contó con ejercicios de orientación espacial y rapidez perceptiva, además de pruebas de atención y concentración, y un test de personalidad. En total los candidatos contaban con tres horas para realizar el examen que muchos completaron en poco más de una hora. Una gran mayoría de los consultados por este periódico aseguraron que les había resultado fácil.

En el primer apartado, con preguntas que servían para valorar la capacidad intelectual, los aspirantes tuvieron que responde a cuestiones del estilo «Barco es a timón, como automóvil es a?», con estas cuatro posibles respuestas: a. volante, b. embrague, c. motor, d. acelerador. Otra de las cuestiones decía así en su enunciado: «¿Cuál de las palabras significa lo mismo que autónomo?». Las respuestas que se podían elegir eran: a. independiente, b. anónimo, c. tranquilo, d. análogo. Esta parte sobre la capacidad intelectual de los aspirantes fue la única de la prueba que varió respecto al examen de hace diez años.

En el segundo apartado se medía la orientación espacial y rapidez perceptiva con diversos dibujos en los que había que señalar a qué parte del boceto correspondían las trazos que se detallaban. En el tercer apartado se trataba de señalar de entre cuatro circunferencias, cuál de ellas tenía un patrón diferente.

El último de los apartados del examen era una prueba para conocer la personalidad de los aspirantes y determinar la forma d e ser y actuar de cada uno de ellos en función de las respuestas. El enunciado y las posibles respuestas de algunas de las cuestiones eran curiosas. Por ejemplo. La número 13 decía: «Recrimino sin piedad la actuación de los conductores?» con estas posibles contestaciones «a. novatos y/o inexpertos; b. «listillos»; c. impacientes; d. poco educados y faltones. Otra de las preguntas era: «Tiendo a arriesgarme habitualmente si? a. en los adelantamientos; b. cuando hay mala visibilidad; c. al tomar las curvas; d. en ninguna de estas circunstancias.

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