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Cañas y barro

Paseo por la Albufera

Paseo por la Albufera

Cuando el cuerpo y el alma requieren una evasión, un momento de abandono, de paz de vuelta a nuestra esencia? un paseo por la Albufera. En barca o a pie, en agua dulce o salada, entre carrizos o dunas de arena. Un encuentro íntimo con la naturaleza, con el silencio, frente al horizonte de la ciudad. La Albufera siempre ha sido para mí un refugio, un rincón encantado, un espacio donde el agua y el sol se entregan en los más espectaculares momentos del día. Un punto desde el que contemplar la cotidianeidad más trascendente y asombrosa: un amanecer o una puesta de sol.

La Albufera permite observar, y hacerlo desde la distancia. Observar su flora, su fauna y sus gentes. Unos en barca paseando o dando el paseo; otros pescando y otros cámara en mano en busca de ese momento único del contraluz que dibuja la silueta de la garceta o el puntiagudo tejado de la barraca. La Albufera fue marginal y desconocida. Pobre, humilde y olvidada. Mucho ha cambiado en los últimos años, aunque sin perder esa humildad heredada de gentes luchadoras. De hombres y mujeres que allí nacieron y murieron, dejando sus tradiciones, su incansable lucha con los elementos y una identidad que nada ni nadie podrá arrebatar a los que hoy viven allí, esos que han decidido quedarse porque no pueden alejarse de la voz de su Albufera. Esos que han convertido en adicción la dureza del trabajo en el agua. Mujeres y hombres jóvenes que ahora también pueden vivir gracias al turismo. Una bulliciosa invasión que cada fin de semana se une al canto y reclamo de las aves. Un rugir de motores que los habitantes de la Albufera escuchan con entusiasmo, no en vano se ha convertido en la fuente de ingresos que ha permitido la supervivencia, el respeto y el aprecio de este humedal único en la cuenca mediterránea.

El turismo lo ha permitido y las administraciones públicas han sido la garantía. El miércoles pasado, el concejal en funciones Vicente Aleixandre recogía el premio «Espacio de valor excepcional» que la cadena COPE otorgaba a la Albufera en la I Edición de los Premios Turiscope. El premio reconocía al Servicio Devesa-Albufera del Ayuntamiento de Valencia por su gestión medioambiental en esta zona. Y cuando una sabe la labor que se llevado a cabo, ha estado trabajando codo con codo con muchas de las personas que han hecho posible alcanzar este reconocimiento? Se traslada mentalmente a una barca en medio de las aguas dulces de la Albufera. Y observando a mi querida ciudad, alejada del mundanal ruido, de los comentarios hirientes y de algunas críticas injustas, piensa? Pues sí, se ha hecho mucho bien, se ha trabajado y situado a Valencia en el tercer lugar de las ciudades más importantes de España y eso quedará ahí.

Y así hay que seguir, los que ahora se ocupen de la administración y los que se sitúen al otro lado. Porque Valencia y los valencianos han de estar por delante de todo. Porque lo que hemos de dejar a las nuevas generaciones es una ciudad con su propia personalidad pero que mira al futuro y el futuro la mira a ella.

El viernes se estrenó «Tomorrowland», La tierra del mañana, y ¿cuál es el escenario? Hasta en Hollywood saben apreciarlo: Valencia.

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