Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Y sin embargo me quedo

Cosas de verano

Cosas de verano

La verdad es que la ciudad da gusto en agosto. Todo despejado, tienes sitio para aparcar (el que tenga coche) puedes pasear sin aglomeraciones (aunque no por el centro que está lleno de turistas). Vamos, que todo son ventajas. Lo cierto es que en esta segunda mitad de agosto parece que ha habido desbandada general.

El fin de semana también huí, visité la Festa Major de Gràcia, en el emblemático barrio de Barcelona. Las fiestas geniales, en la calle, con sus adornos, conciertos y un buen ambiente. Cada comisión de fiestas compite por tener la mejor decoración, en el concurso oficial, pero también compiten por tener la mejor barra, los mejores bocatas y el mejor concierto y en eso salen ganando los visitantes. En mi «ranking» particular de fiestas populares ha entrado con fuerza. Cosas para ver, para comer, para beber y para bailar. Es decir, lo tiene todo para triunfar. Lo único que no me gustó fue la batucada a las ocho de la mañana, puestos a despertar con ruido prefiero los trons de bac. Y más después de una noche intensa.

Pero a lo que iba, me llamó la atención el parecido del barrio de Gracia con Russafa. Un barrio de moda, con locales para todos los gustos, lleno de tiendas de artesanía y de ropa de diseño. No había tantos «hipsters» pero ese halo de modernidad en un entorno tradicional era idéntico. Prácticamente es peatonal y en las estrechas calles de tránsito no se puede aparcar, pero a diferencia del nuestro, el barrio está lleno de plazas. Tuve también ocasión de visitar el refugio anti aéreo de la literaria plaza del Diamant. No solo de fiesta vive el hombre.

El atractivo guía nos contaba cómo se construyeron y cómo sufrió la ciudad el asedio de los bombardeos durante la guerra civil. También narró como se encontró de casualidad el refugio cuando en el 92, con motivo del acondicionamiento de la ciudad para las olimpiadas, se iba a construir en la plaza un parking. Nadie sabía que estaba allí, buscaron más y salieron cientos por toda la ciudad, quien los había conocido no hablaba de ellos. El horror hizo olvidar esa parte. En Valencia también los hay, y muchos. La visita vale la pena, y por eso se deberían acondicionarse también aquí para recordar que ahí se ocultaba la gente mientras su ciudad era masacrada. Te hace reflexionar sobre lo importante que es entenderse.

Ya de vuelta en Valencia leo que han robado en el San Pio V, parece ser que piezas de poca importancia pero es inquietante que alguien pueda entrar con tanta facilidad en un museo aunque esté en obras y coger lo primero que ve. Pero más inquietante es el cruce de acusaciones entre Generalitat y el gobierno central.

Dejo la prensa, parece que en verano solo habla de procesiones. Es momento de pensar en cosas para hacer en lo que queda de verano. Por ejemplo retomar lo que no has podido acabar en invierno, ponerte al día en las lecturas recomendadas, hacer algo de deporte, aprovechar para pintar la casa, arreglar esa habitación en la que vas poniendo todo lo que no tiene sitio. Uff, creo que ya me he cansado sólo de pensarlo. Lo mejor será hacer lo que todo el mundo espera, ¡estamos en verano!, vayamos a comer una paella a la playa, hay que conservar las buenas tradiciones y al fin y al cabo lo demás puede esperar, por ejemplo, al verano que viene.

Compartir el artículo

stats