El futuro de Pelayo parecía ya claro, pero el propietario ha planteado una serie de puntualizaciones sobre el acuerdo que han estancado el proceso de arrendamiento con opción de venta del recinto deportivo más antiguo de la Comunitat Valenciana. El catedrático valenciano afincado en Santander, Jaime Amorós, todavía no ha confirmado por escrito el acuerdo verbal alcanzado hace unas semanas con José Luis López, el empresario y mecenas valenciano, que desde el primer momento dio un paso al frente para adquirir este gran símbolo del deporte autóctono.
José Luis López ha estado a punto de arrojar la toalla. Las personas más cercanas le han oído decir que si no fuera porque se trata «del deporte de mis amores ya lo hubiera cerrado con un carpetazo». El acuerdo alcanzado hace unas semanas se encuentra en tiempo muerto y a expensas de que el propietario y su abogado ratifiquen cada uno de los puntos de la negociación cerrada y no exijan más de lo pactado, como se intuye. José Luis López confirmaba a Levante-EMV que ha ofrecido hasta 600.000 euros por la compra del recinto.
Ante esta situación crece entre los círculos dirigentes de este deporte, incluida la presidencia de la Federació de Pilota, una opción muy atractiva: la construcción de un trinquete moderno, de titularidad pública, en una de las parcelas de la capital: o el Parque Central, o el actual Jardí del Túria, a expensas de las posibilidades que ofreciera la normativa urbanística. Sin embargo, el plan de usos del pulmón verde de la ciudad impide la construcción de un recinto de estas características, ya que sus elevados muros romperían con la armonía del viejo cauce.
Sin embargo, el mundo de la pilota aspira a que la ciudad cuente con una obra vanguardista, propia del siglo XXI, algo que no puede conseguirse en Pelayo, una instalación propia del siglo XIX que necesitaría de una fuerte inversión para no alcanzar nunca los niveles de comodidad y de seguridad que ofrecería una nueva cancha.
La clave de esta opción, que crece por momentos, radica en acertar con el punto de su ubicación: ha de ser un lugar céntrico y de fácil acceso y con aparcamientos próximos. La puesta en marcha de este proyecto que financiarían conjuntamente el Ayuntamiento de Valencia, la Diputació y la Generalitat solucionaría el problema de la falta de instalaciones públicas para este deporte en la ciudad de Valencia.
Nadie quiere, sin embargo, la desaparición del trinquet de Pelayo, su cierre como espacio emblemático de la historia de la ciudad. Puesto en marcha el proyecto del Nou Trinquet „ese es el nombre que suena en estos momentos„ la solución de Pelayo sería convertirlo en un Museu de la Pilota Valenciana y en un espacio que acogiese actividades culturales relacionadas con el deporte propio y de la cultura valenciana en general. Ese proceso, a medio plazo, pasaría por el trámite de la expropiación forzosa, con el justiprecio acordado tras el proceso administrativo oportuno que podría prolongarse varios años.
