El arzobispado de Valencia se ha comprometido con la Conselleria de Cultura a reabrir a las visitas el monasterio de la Trinidad, declarado Bien de Interés Cultural y uno de los edificios góticos más notables de la ciudad. El monumento, habitado por monjas clarisas de clausura desde hace cinco siglos, se abrió al público „como exige la ley de Patrimonio cultural valenciano„ durante apenas un mes, entre noviembre y diciembre de 2013, justo antes de que el Arzobispado ordenase el cierre del cenobio y el traslado de las pocas religiosas octogenarias que lo habitaban a otro convento de la ciudad.
Transcurridos 20 meses del cierre del edificio, el Arzobispado sigue sin encontrar ocupantes para la Trinidad , un edificio medieval y poco confortable que requiere de una reforma profunda que en todo caso deberá respetar la estructura original.
El Arzobispado, que quiere mantener el uso religioso del monumento, ha negociado sin éxito con varias comunidades religiosas, sobre todo extranjeras. Está por ver si el edificio lo habitará una congregación de hombres o de mujeres o si será una orden contemplativa o de otro tipo. La intención del Arzobispado, al que preocupan los anuncios del nuevo gobierno municipal y de la Generalitat de convertir la Trinidad en una extensión del museo de Bellas San Pío V, es habilitar una zona del monasterio para la vida religiosa y abrir al público, mediante un sistema de visitas guiadas como el que se funcionó a finales de 2013, las parte más antigua del monumento. Fuentes del Arzobispado insistieron en que el convento de la Trinidad debe ser un edificio «vivo, pero manteniendo su uso como convento». «La Trinidad no puede ser un museo ni un edificio de viviendas», recalcaron las mismas fuentes.
