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Medida

"Si no hay motos en las aceras, se paseará mejor"

Los viandantes ven positiva la nueva política de movilidad que prioriza al peatón, y ya se ha implantado en la calle Barcas - Los ciudadanos se muestran a favor de la reducción de la velocidad

"Si no hay motos en las aceras, se paseará mejor"

Un detalle que para muchos peatones ha pasado desapercibido, pero que ya es una realidad: la calle Barcas ha dejado de tener dos carriles para la circulación de vehículos privados, a uno solo; y las motocicletas han pasado de la acera a la calzada.

Muchos de los transeúntes ayer no se habían percatado del cambio que se hizo efectivo el viernes, pues en fin de semana la cantidad de motos aparcadas es mucho menor que entre semana, pero el carril de la izquierda ya cuenta con las líneas de aparcamiento de motocicletas pintadas.

Estas nuevas medidas son bien vistas por los ciudadanos con los que ha hablado este periódico, aunque algún trabajador afirma que así le costará más poder desplazarse hasta su puesto de trabajo.

Manuel Arroyo, encargado de la tienda de ropa Dodowear, afirma que si el objetivo es reducir tráfico sí se ha conseguido, ya que los conductores obligatoriamente han tenido que reducir la velocidad, al haber un carril menos. Pero también cuenta que, sobre todo el primer día, hubo problemas con las motos estacionadas en la calzada, ya que los coches que giraban de la calle dels Trànsits se encontraban con el nuevo obstáculo, por lo que «hubo bastantes pitidos», asegura.

«De cara a los comerciantes, creo que la peatonalizaron es una buena medida, porque la gente va a poder acceder con coche a los parquins, y en transporte público», añade Manuel, aunque cree que los locales tendrán algunos problemas, porque con un carril solo para los autobuses y otro para los coches, no se puede parar, y en la calle no hay zona de carga y descarga. Aparte de eso, no cree que hayan retenciones, porque es una vía de paso, no una arteria de circulación.

Si bien afirma que el cambio es positivo en general, el encargado también reconoce que como la acera es muy ancha, antes no había problemas, pero ahora la calle queda «más limpia y más bonita».

En esto último está de acuerdo Pau Estrela. «Las motos llevan toda la vida así, y nunca han molestado. Nunca hemos visto ningún viandante que se haya quejado ni ningún atropello. Las aceras son suficientemente anchas», explica.

A él, como camarero de Lotelito, el cambio le afecta, ya que los trabajadores que acaban su jornada laboral de madrugada no tienen la opción de volver a casa con el transporte público. Así pues, se ven obligados a usar el coche, que tienen que aparcar a 20 o 30 minutos del centro, porque por la zona «es imposible, y las plazas de parquin son carísimas», relata Pau.

«Para mí, como trabajador, no es positivo el cambio», afirma. Además, añade que a partir de ahora la circulación será «mucho más lenta y menos fluida. Lo único que ha hecho es limitarnos». Por tanto, considera que «en absoluto es una mejora, sino una manera de intentar hacer cambios que no llevan a ningún sitio».

La opinión de los peatones

Francisco Aguilar opina que estos cambios son «prácticos» y provocarán que la gente «vaya andando y deje un poco el coche», pero hará falta un cambio de mentalidad, afirma. Francisco ve más complicado el propósito del nuevo consistorio de cerrar el centro al tráfico de vehículos privados, «quizás a medio o largo plazo». En todo caso, cree que es eso o «mucho tráfico y contaminación, que es malo».

Por su parte, Ada Pons explica que en otras ciudades europeas es habitual que el centro esté cerrado al paso de vehículos privados, «y aquí en Valencia ya no es que no sea peatonal, es que siempre está lleno de tráfico».

Ada se queja de la velocidad a la que solían pasar los coches en las calles más céntricas de la ciudad. Por tanto, afirma que «es una buena medida para la ciudad de Valencia», ya que «mejorará la calidad, porque si no hay motos en las aceras y los coches reducen la velocidad, se paseará mejor por el centro».

Por otro lado, Adela Fourrat, vecina del barrio, opina que «lo que no podía ser es que delante del Teatro Principal esté todo lleno de motos y cuando haya algún evento la gente se tenga que bajar a la calzada», situación que ha visto muchas veces, según explica junto a su madre. Por eso cree que ahora «está mejor ordenado», y le parece positivo que se intente reducir el tráfico en el centro de la ciudad.

Las dos mujeres también se quejan de la velocidad a la que circulan los coches por esa zona, concretamente en el cruce con la calle Poeta Querol. «Antes los coches cogían la curva 'comiéndose' el bordillo, lo que era peligroso para los peatones; ahora ya no». Así pues ven positivo que se hayan bajado las motocicletas a la calzada, ocupando el carril más próximo a una de las aceras, de esta manera los coches no se acercan tanto.

Esta calle es un ejemplo del modelo de movilidad que el nuevo gobierno local quiere importar a Valencia, y que aplicará a otras vías importantes de la ciudad, en beneficio del peatón y las bicicletas.

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