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Paco Burguera, el hombre que amó el País Valencià

Paco Burguera, el hombre que amó el País Valencià

La lluvia golpea mi balcón, como los recuerdos golpean mi mente, triste memoria que algún día se irá también conmigo hacia el olvido. Pero mientras yo viva, Paco Burguera existirá entre mis días y mis horas y leeré sus escritos y pensaré sus profundas palabras cubiertas de incisivo humor, muy valenciano, muy de Sueca. Quizá el humor le ayudaba a evadirse de este País nuestro tan querido y tan doliente. Paco era un ser libre, nunca ponía barreras a la libertad: «Un liberal es progresista por definición; no tiene dogmas. Todo es discutible y sometido a discusión.

Excepto las matemáticas y no siempre». Confesaba que su única convicción que había tenido constantemente era la necesidad de trabajar por este «misericordiable» país nuestro y citaba a Fuster. Ese amor por su País lo arruinó en todos los sentidos. En la actualidad, ningún político se arruina€ Paco se fue a Madrid a estudiar a la facultad de Económicas y tuvo como profesor de Derecho Político y Teoría del Estado a Manuel Fraga, quien propuso a sus alumnos un proyecto de Constitución. Paco cogió la de la República y cargó la mano en lo referente al poder de las regiones y las transferencias, y a las que las mismas pudieran federarse. Fraga le dio notable. Después de muchos años viviendo en Madrid y trabajando en el diario Madrid y formando parte de su consejo editorial, que cerró Fraga en 1968, regresaba a Valencia intermitentemente: «Constaté que es en España, es decir Madrid, donde residen los poderes, los valencianos pesamos poco. Y en la política nada. Ni en la Restauración, ni en la República, ni con Franco, ni ahora. Me entra risa cuando alguno habla del «Poder Valenciano». En la vida de Paco la escritura era una necesidad constante, no solo de artículos, publicados en diferentes periódicos y revistas, también escribió un libro de poemas: «Ara que sóc ací» y varias obras de teatro. Recuerdo una noche de verano asistir con mis hijos en Sueca a la representación de «l´home de l´aigua». En aquella obra, descubrí a un Paco observador y sensible con una renovación estilística y temática que se alejaba del sainete. Obtuvo el premio de ensayo Joan Fuster con un libro que muchas veces repaso: «És més senzill encara digeu-li Espanya» y me acerca a un personaje en el que no existían sombras. Mientras escribo ojeo: «Des de la trinxera periodística. Articles 2003-2004», que me reafirma el gran y brillante periodista que fue: valiente, crítico, incisivo€Tristemente recuerdo el comentario sobre un político valenciano con gran poder que consiguió, de una agencia periodística, le cerrara las puertas por sus críticas hacia ese político.Golpean, en mi memoria, tiempos políticos del Partido Demócrata y Liberal del País Valenciano, como golpea la lluvia en los cristales. Dos políticos valientes y generosos: Burguera y Muñoz Peirats, arriesgaron todo para hacer del País Valenciano, un país fuerte, libre y sacarlo de la reputación de «muelle» que tiene en la historia. ¿Dónde fue a parar aquel sueño? Quiero en esta tarde de lluvia que golpea mi balcón, recordar a su mujer Rocío. Se casaron por poderes y abandonó su Colombia natal para seguir a Paco en las alegrías y en las penas que ha llevado siempre con gran dignidad. Rocío es el faro de un pequeño puerto al que todo navegante desea llegar.

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