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Análisis de la situación actual y propuestas

L´Horta pide el comodín de la salvación

Ballester-Olmos radiografía la situación actual de la huerta, con complicadas perspectivas de futuro de la huerta por la falta de rentabilidad y el envejecimiento de los agricultores - El Ayuntamiento de Valencia presenta un plan para dignificar el trabajo de los labradores y planea una marca de calidad para los productos

L´Horta pide el comodín de la salvación

La protección de l´Horta ha pasado de estar en el número 1 de la lista de prioridades de quienes velan por este espacio verde protegido a ceder el protagonismo a la protección de la figura del agricultor. Si la huerta vuelve a ser rentable para quienes la trabajan, su supervivencia está garantizada. El Ayuntamiento de Valencia ha asumido de lleno el compromiso para «dignificar y poner en valor» el trabajo de los labradores, y ha presentado un plan en el que el comercio de proximidad „del campo al mercado, sin intermediarios„ y la creación de una marca de calidad para todos los productos que se cultivan, son los principales ejes para salvar una actividad milenaria.

El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC) en colaboración con la Real Sociedad Valenciana de Agricultura, organizó la semana pasada la jornada «Perspectivas para la Huerta de Valencia. Valores tradicionales y usos innovadores», en la que se analizó el presente de este cinturón verde y se propusieron soluciones.

El profesor José Francisco Ballester-Olmos, paisajista y miembro de la RACV, realizó una fotografía actual de l´Horta. Destacó los diferentes valores con los que cuenta este espacio, entre ellos el cultural, y reclamó que alguien «oficialice la huerta como seña de identidad de los valencianos». Habló del valor histórico „«es irrepetible»„, paisajístico „solo cinco espacios similares en toda Europa„, el agrícola y el económico.

Después de justificar el increíble tesoro con el que cuentan los valencianos, Ballester-Olmos radiografió la inquietante situación actual. «En los últimos 50 años se ha perdido el 70% de la superficie de huerta cultivada, a razón de 11.000 hanegadas por año», alertó el profesor, que señaló a la «voracidad urbanística» y la «baja rentabilidad» de las explotaciones como principales causantes de esta situación.

El reconocido profesor paisajístico explicó que cada agricultor cultiva actualmente de media unas 12 hanegadas de terreno, pero para que sus campos fueran rentables necesitaría cultivar entre 48 y 60 hanegadas. Otros datos son también alarmantes: Solo un 10 % de la superficie de la huerta está arrendada y solo un 4,2 por ciento de los agricultores tiene menos de 34 años. Ballester-Olmos finalizó su intervención con una conclusión clara y contundente: «Si la huerta no es rentable, desaparecerá».

Pero no todo fueron malas perspectivas. La concejala de Agricultura, Horta i Pedanies del Ayuntamiento de Valencia, Consol Castillo, desplegó su importante plan para salvar al agricultor y, por lo tanto, la huerta. Se comprometió a poner en valor el trabajo de los labradores, fomentar el rejuvenecimiento del sector y poner en marcha una serie de acciones para dignificar el espacio y sus habitantes. Castillo habló de dos ejes estratégicos importantes, el comercio de proximidad, con productos kilómetro cero, y la puesta en marcha de un sello de calidad para los productos de la huerta. «O les ponemos en valor, o tanto ellos como la Huerta caerán en pocos años», aseguró.

Por su parte, Enric Navarro, agricultor, miembro de Per l´Horta y del Consell Agrari Municipal, incidió en la idea de recuperar los lazos entre la ciudad y la Huerta. «Es necesario tender puentes. La ciudad de Valencia es el mercado natural de la huerta y hay que aprovechar la agricultura de proximidad, algo que no tiene por qué estar reñido con la exportación» y reclamó un verdadero plan para recuperar la actividad: «El anterior gobierno valenciano presentó un Plan Verde para revitalizar la huerta que se quedó en un cajón. Hemos perdido 20 años de desarrollo y cuidado de la huerta, ahora necesitamos un plan serio y una estrategia clara».

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