El Ayuntamiento de Valencia ha lanzado hoy el comunicado que llevamos esperando más de seis años: por fin podríamos tener a Teófilo Alcorisa. Lo ha de decir el ADN, pero el pálpito de Pilar y Luis ya es incontenible: es él. Nadie de nosotros es consciente de que en realidad estamos jugando una lotería macabra, y es que años de descontrol y desprecio por los humildes y represaliados allí «desaparecidos» podrían haber dado con sus restos en el osario, desagüe definitivo de la historia y la memoria de las personas. Pero yo tengo el mismo pálpito.

Se trata de la peor noticia para Rita Barberá y quienes la han secundado en su bloqueo de odio que paralizó el expediente de Teófilo más de seis años; atrás quedan incluso las acusaciones de obrar de mala fe contra la familia, las mentiras que hoy han quedado demostradas, los apremios cuando Rita y sus secuaces fueron conscientes de que tuvimos que devolver la subvención, con amenazas de exhumar «ya» y de oficio cuando ellos nunca aplicaron el deber de «diligencia».

Han sido seis años duros y amargos para una familia poco acostumbrada al acoso de toda una institución, una forma de tramitar un expediente con tanta hostilidad que ha sorprendido al propio Baltasar Garzón, que ha llevado este caso como un compromiso personal por esta familia, por la verdad, la justicia y la reparación de todo un colectivo que ellos han simbolizado. Pilar, Felisa y Pedro, los tres hermanos supervivientes (empezaron cinco) le están sumamente agradecidos, al igual que a «La Gavilla Verde», origen real del caso, y al diputado socialista José Luis Ábalos, que hizo llegar el «Caso Alcorisa» al Congreso de los Diputados poniendo en evidencia a un Gobierno insumiso a las recomendaciones de la ONU sobre el caso.

Afortunadamente, Valencia cerró la «era Rita» y la normalidad democrática ha entrado de nuevo en el Ayuntamiento. Al segundo día de su toma de posesión, el que suscribe estaba ya reunido con Joan Ribó y en seis minutos arreglamos lo que el odio ideológico llevaba seis años bloqueando: el Ayuntamiento de Valencia se hacía cargo de la exhumación de Teófilo en todos los aspectos, como así ha sido.

Ha habido que sortear aspectos de todo tipo, pero al final, en escasos 12 días de trabajo de campo, por fin la tierra ha ofrecido su verdad: Teófilo siempre estuvo ahí, y estoy seguro que el ADN al final lo va a demostrar; ha valido la pena la tenacidad porque una vez más hemos demostrado que el trabajo bien hecho, la rigurosidad y la memoria de los humildes se impone sobre la prepotencia. Los enterradores ya nos dijeron lo que conocían; aquello no es un jardín, como decía la exalcaldesa Rita Barberá para no excavar; están allí?

Teófilo saldrá, con toda su dignidad? pero la agrupación de familiares y la ley exigen otro paso más, que es dignificar el lugar con un memorial con el nombre de «Jardín de las Ideas». Pero esa es ya otra historia.