Ruzanúvol es un italiano diferente. En el Soho valenciano, Russafa, hay varios restaurantes italianos, pero ninguno como Ruzanúvol, en la calle Luis Santángel. En él, la especialidad son las cervezas artesanales italianas y las tapas, salpicadas de «delicatessen» transalpinas como «piadine» o «carpaccis».
Al frente de Ruzanuvol están Giovanni y Barbara, de Milán, que decidieron abrir en 2010 un local en Valencia donde poder hacer gala de su amor por la cerveza tradicional. A fe de la clientela que abarrota el local cada noche, sobre todo los fines de semana, parece que lo han conseguido.
Hasta el momento, es la única cervecería artesanal en Valencia —y eso es decir mucho en un sector que ha crecido a pasos agigantados en los últimos años en la ciudad y, sobre todo, en Russafa— que ofrece cerveza artesanal de barril de Birrificio Lambrate y Birrificio Italiano, dos de los mejores y más antiguos productores de cerveza artesanal italiana y muy apreciados por los sibaritas paladares de los fanáticos de esta bebida.
Carta simple pero efectivo
Pero no sólo de cerveza se alimenta el valenciano, y eso lo saben Giovanni y Barbara. Abren únicamente por las noches y ofrecen una frugal aunque efectiva carta compuesta por especialidades italianas y tapas de todos los tipos. Cocina fusión, que se llama ahora, pero que lleva años triunfando en la ciudad y sobre todo en Russafa, donde muchos de los locales han hecho del eclecticismo gastronómico su seña de identidad.
En definitiva, Ruzanúvol se ha asentado en el siempre competitivo Eixample con una oferta especial de cerveza y tapas, lo más básico de la hostelería española, pero con un toque italiano que ha triunfado entre vecinos y turistas —es punto de encuentro de aficionados cerveceros de todo el mundo— con una propuesta tan sencilla como efectiva a base de «piadine», «carpaccio» y otras «delicatessen» italianas.
