Los técnicos del Ayuntamiento de Valencia ya advirtieron al anterior equipo de gobierno de Rita Barberá de la «partida fantasma» de 2,3 millones anuales que asignaba en los presupuestos anuales a Bienestar Social. El concejal del PP, Eusebio Monzó, deslizó ayer en los pasillos del consistorio que, de ser verdad este desfase, los funcionarios municipales lo hubieran detectado en sus informes. Según la ficha de ingresos que elaboraban anualmente, y la que ha tenido acceso este periódico, los funcionarios sí lo constataron. La concejala Consol Castillo calificó esta práctica como «una estafa» del Gobierno del PP «porque hizo creer a la ciudadanía que aumentaba el gasto social cuando no lo hacía». En total fueron 14 millones en 7 años.

El alcalde Joan Ribó también se refirió ayer a esta cuestión. Respecto a la partida para Servicios Sociales para 2016, el primer edil explicó el «crecimiento importante» del próximo año con 66 millones de euros frente a los «teóricos» 62 millones de 2015, ya que 2,3 millones «fueron ficticios, que la Generalitat no aportó» al consistorio. El alcalde explicó que se contabilizaron como «cortina de humo para esconder el bajo nivel» de inversión en esta materia.