Reunión histórica la que se celebró ayer en el salón de plenos del Ayuntamiento de Valencia. El alcalde Joan Ribó reunió a 40 colectivos y entidades de distintas áreas para debatir y diseñar juntos el futuro de la ciudad, una urbe que quiere transformarse para ser más sostenible. El primer edil denunció ante sus interlocutores la «preeminencia excesiva del vehículo privado, que lastra la economía, afecta a nuestra salud y deteriora el medio ambiente». Eso, a juicio de Ribó «nos obliga a iniciar un proceso de reconversión hacia hábitos más humanos y saludables». Con estos ingredientes se constituyó ayer la Mesa de la Movilidad, un órgano de participación y debate ciudadano, con carácter informativo y consultivo, que pretende recoger las propuestas ciudadanas en el ámbito de la movilidad y con el objetivo «de lograr un cambio de paradigma» en el cap i casal. Prácticamente todo el hemiciclo se felicitó por este «gran paso» en el turno de palabra.

La esencia de esta mesa será la partipación ciudadana a través de los diversos sectores involucrados en la movilidad de la ciudad. En este sentido, Ribó explicó que al igual que en los presupuestos «donde iniciamos el proceso participativo», aplicarán el mismo espíritu en esta tema y no descartó que, en algún caso, el gobierno «pueda llegar a convocar consultas y referéndums a la ciudadanía» sobre cuestiones esenciales que les afecte. Hay que recordar que esta mesa tendrá carácter consultivo e informativo, es decir, sin poder de ejecución, pero sin embargo se entiende como una herramienta con gran capacidad de influencia sobre las políticas municipales. De hecho, si no es así, habrá fracasado en su intento de «democratizar» las decisiones públicas.

El primer paso que dan conjuntamente el gobierno municipal y 40 colectivos supone de por sí un importante avance para diseñar la movilidad de la ciudad: desde programar futuras peatonalizaciones, impulsar el transporte público, restringir el tráfico privado o decidir el papel que peatones y ciclistas van a asumir en la Valencia del futuro. El tripartito formado por Compromís, PSOE y València en Comú lo tiene claro, el viandante debe ser el protagonista del futuro y el que mayores esfuerzos necesita por parte de la administración para favorecer su movilidad. Le seguirán el transporte público y la bicicleta, mientras se pretende desplazar hasta posiciones menos dominantes al coche.

Entre las entidades presentes en la constitución formal de la Mesa de la Movilidad hubo empresas y agrupaciones empresariales del sector del transporte; compañías de transporte de viajeros y de mercancías; organizaciones gremiales y de comerciantes; entidades vinculadas a la enseñanza; representantes de las universidades y centros de investigación relacionados con el transporte y la movilidad; asociaciones de vecinos; sindicatos; organizaciones sociales y asociaciones relacionadas con la movilidad sostenible y la prevención del cambio climático; asociaciones de usuarios y consumidores; representantes de federaciones relacionadas con el deporte y las actividades en los espacios públicos, así como otras entidades en el proceso de información pública que están manifestando su interés de participar en este gran debate ciudadano.

Joan Olmos, a la cabeza

La Mesa de Movilidad va a ser coordinada por el doctor ingeniero de caminos y experto en temas de movilidad, Joan Olmos, y se marca como principal objetivo la máxima participación ciudadana. «Tengo el encargo, que no el cargo, de coordinar esta gran tarea» de recuperar la ciudad para la ciudadanía, dijo.

La Mesa de Movilidad desarrollará sus funciones a través de comisiones sectoriales de trabajo. Ayer se propuso la creación de Comisiones de seguridad viaria, salud pública, educación, el espacio de viandantes, la movilidad en bicicleta, transporte colectivo, taxi, accesibilidad y comercio, carga y descarga y reparto de mercancías, y política de aparcamiento.