La asamblea de València en Comú ha decidido que un 19% de los excedentes del sueldo de sus concejales y asesores vaya a la organización. El acuerdo prevé también que esos concejales den a Podemos la cantidad que ellos decidan y que el resto se destine a fines sociales, que según el Código Ético de la organización, era el destino final y único de ese dinero. Con esa aportación, que se hará efectiva previsiblemente después de las elecciones generales, València en Comú podrá tener un local y un mínimo de infraestructura que ahora no tiene.
Al hablar de excedentes salariales hablamos del dinero que le sobra a los tres concejales de València en Comú y a sus seis asesores municipales después de quedarse para sí mismos alrededor de 25.000 euros anuales (tres veces el salario mínimo interprofesional). Eso son alrededor de 360.000 euros al año, una cantidad muy sustanciosa que según el Código Ético de la entidad debería ir a fines sociales pero que ahora todos se disputan. El último plenario, de hecho, evidenció esas diferencias. Una parte, con amplia presencia de Podemos, reclamaba un porcentaje de ese dinero (se hablaba del 20%) para la organización. Entre ellos estaba la concejala María Oliver. Del otro lado, estaban los fieles al Código Ético, entre ellos los concejales Jordi Peris y Roberto Jaramillo, que llegaron a abandonar la asamblea y se declararon insumisos.
Ante ese desencuentro se abrió un periodo de negociación interna y el 27 de noviembre se celebró una asamblea en la que se aprobó una propuesta que «no satisface a nadie del todo pero que nadie puede rechazar». Según fuentes de la organización, el acuerdo es destinar un 19% del excedente salarial a València en Comú y que los propios concejales y asesores decidan si le dan una aportación a Podemos, la organización matriz. El resto se destinaría, finalmente, a fines sociales.
El acuerdo, en cualquier caso, tiene sus aristas. De entrada, la asamblea se celebró cuando los tres concejales estaban en A Coruña participando en unas jornadas municipales. Y una vez en Valencia, ninguno de ellos ha expresado públicamente su acuerdo o desacuerdo con la decisión de la asamblea.
Si todo continúa como está previsto, el dinero, que ahora se está depositando en una cuenta bancaria, empezará a repartirse a primeros de año, cuando hayan pasado las elecciones generales. Hay que compensar, por ejemplo, el pago del IRPF, que corresponderá íntegramente a los concejales y asesores. Y hay que decidir a qué organizaciones se destina el dinero. La parte que vaya a València en Comú ya parece claro que se destinará a crear un mínimo de infraestructura para la organización. Se están mirando locales para fijar una sede, que ahora no existe, y se dotará de medios para funcionar «dignamente», dijeron las fuentes.
