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Entrevista

David Estal Herrero: «La cultura de la participación existe pero hay que escucharla»

Invoca al tripartito para que el PGOU no sea algo «burocrático e idílico que genere más frustraciones como el Parque Central»

David Estal Herrero: «La cultura de la participación existe pero hay que escucharla»

El arquitecto David Estal (Valencia, 1979) es una de las voces del urbanismo participativo y sostenible que preconiza el gobierno del tripartito de Joan Ribó (Compromís). Recoge el testigo de otros activistas del urbanismo como Carles Dolç, Tato Herrero y Joan Olmos, de los que aprendió que la arquitectura no solo es disciplina, tes «actitud» y compromiso con la ciudad.

¿Cree que hay un renacer de los movimientos ciudadanos?

En los últimos años han surgido más iniciativas porque ha habido más grietas en el planeamiento y más espacios que conquistar. Frente al capital solo puedes pelear en tu espacio más próximo, y ahí es donde la gente se junta para defender, a distintas escalas, desde el uso de los solares vacíos, hasta la ejecución del Parque Lineal de Benimaclet o la protección de un espacio metropolitano como la huerta. Lo curioso de todo esto es que si superpones el mapa de las iniciativas ciudadanas al PGOU ves que donde el plan no ha llegado lo han hecho las iniciativas del ciudadanas.El ejemplo por excelencia es el Cabanyal pero también el PAI de Benimaclet Est con los huertos urbanos, el solar de la ermita de Orriols o el centro cultural de Tres Forques. Hay un montón de iniciativas que tienen que coordinarse. El ayuntamiento debería hacer este trabajo de sumar.

¿El nuevo ayuntamiento tiene en cuenta las propuestas ciudadanas?

Han sido muchos años de ayuntamiento autoritario en el que han florecido multitud de iniciativas, muchas de ellas desde la reacción pero muchas otras desde la propuesta como en Orriols, Tres Forques, Campanar. Yo creo que sí están siendo escuchadas por el ayuntamiento pero falta el paso de ponerlas en común. Hay que recuperar la unidad que se ha perdido y hablar de la ciudad en conjunto. En vez de planificarla desde arriba se puede planificar usando todas estas iniciativas.

¿Esto requerirá un cambio profundo en la Administración?

Es sobre todo un tema de burocracia. En Madrid, han hecho un mapa que se llama «los madriles» con todas las iniciativas ciudadanas. Es un poco fetichista pero vale como ejemplo de lo que podría hacerse en Valencia. Lo interesante aquí es que hay iniciativas ciudadanas en todos los ámbitos, desde la salud, la inmigración, la movilidad o el medio ambiente. Algunas están muy arraigadas como en el Cabanyal, Natzaret o Castellar y otras son nuevas.

¿Todo esto cómo se canaliza? ¿A través de las juntas de distrito como los presupuestos?

La participación tiene muchas contradicciones. No es algo lineal. Necesita un tiempo calmado. Si nos adelantamos mucho con la participación y te obligan a un sobreesfuerzo de fechas y trabajo creo que habrá muchas bajas.

¿La revisión simplificada del PGOU es una oportunidad?

Hay que intentar que el planeamiento sea una herramienta cercana a las personas. El plan es una herramienta para habitar la ciudad y debe trabajarse desde la calle, de manera conjunta, no como algo burocrático. Yo le pregunto a mi abuelo que es el PGOU y me habla seguro de una afección, de que le van a expropiar. Tampoco debe ser un plan que busque un modelo idílico que luego nos lleve a frustraciones como el Parque Central. El PGOU debe ver lo que se está haciendo en su entorno y no provocar descontextualizaciones. Si esa puesta en común entre barrios se suma al PGOU la participación no se quedará únicamente en un conjunto de alegaciones.

¿Cree que en la ciudad hay cultura de la participación?

Lo que no hay es cultura de escuchar. Los de abajo siempre participan, pero hay que saber escuchar. La conversación empezó hace ya mucho tiempo. Vamos a ver cada vez más procesos participativos en los que, desde arriba, se nos insta a participar y aquí los de arriba también deberán aprender a escuchar.

Usted que ha estudiado este entorno ¿se podría peatonalizar la plaza del Mercat sin el aparcamiento?

En esta zona hay exceso de plazas de aparcamiento subterráneo, pero el de Brujas ya está hecho y hay que ponerlo en marcha. Ahora bien el «parking» no sirve des excusa para no haber avanzado en la humanización de la plaza. Nuestra propuesta «A la redor del Mercat», que en su día fue desprestigiada por el anterior gobierno, se está teniendo en cuenta en la concejalía de Movilidad y en la Mesa de Movilidad y me consta que en breve habrá noticias. Lo que necesita el Mercado Central es un entorno competente capaz de competir con la calle Colón.

¿Pero los comerciantes insisten en que la gente quiere ir en coche?

Si el recorrido es amable no te va a importar que tu parada de bus esté en la plaza de la Reina y no en el Mercado Central y andar un poco más. «A la redor» estuvo bien porque hasta entonces el mercado había sido víctima de su entorno y entonces se puso el debate de la mejora de la plaza sobre la mesa. El gerente y la junta directiva del mercado, a pesar de no estar de acuerdo en cosas, valientemente metieron el debate y esto es de valorar. También deberían hacer esto la Universidad Politécnica que no habla de su entorno. La Escuela de Arte y Diseño y el IVAM lo han entendido y están haciendo cosas para mejorar su entorno.

Usted elaboró para Joan Ribó proyectos como el camping de Dalt, junto al Bioparc. ¿Se llevará a cabo ahora que gobierna?

El camping de Dalt era también una reflexión sobre el turismo. Era un camping urbano, no de playa, cercano a la huerta, con una inversión baja, que rehabilitaba la alquería del Rey. Joan Ribó se ilusionó mucho con el proyecto, pero no sé si ahora es prioritario.

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