Ni la «invasión» de los mayores amilanó a los cientos de niños que jugaban ayer al mediodía en el parque Gulliver. La atracción siempre fue de los más pequeños y lo seguirá siendo. Aquella instalación que idearon el arquitecto Rafael Rivera, el artista fallero Manolo Martín „ya fallecido„ el diseñador Sento Llobell cumplió ayer 25 años. El equipo de gobierno casi al completo acudió al complejo del Jardí del Túria para rendir homenaje al gigante con el que se lo han pasado grandes varias generaciones de valencianos. Un reconocimiento justo y que trató de hacer justicia después de ser uno de los grandes olvidados por el anterior gobierno del PP, según denunció el alcalde Ribó, sus ediles y los creadores de la obra. La más elocuente fue la regidora de Acción Cultural, María Oliver, quien resumió: «Celebramos 25 años del Gulliver, 24 de ellos en la resistencia».

Joan Ribó no solo defendió la vigencia y el uso de un parque en el que juegan miles de valencianos semanalmente, sino que se comprometió a «ponerlo en valor» y anunció que se está trabajando para recuperar la ciudad en miniatura de su interior y que fue retirada hace 20 años tras sufrir una inundación. «Buscaremos otra ubicación porque el interior del Gulliver no parece la mejor», explicó el alcalde.

Ribó comentó que la mejor ciudad «es la que cuida a sus niños y sus mayores» y por esta razón el gobierno local va a «conservar y promocionar» el Gulliver porque es un elemento patrimonial que quieren «cuidar y poner en valor», como en el caso de otros lugares como el IVAM o el San Pío V. «La gente lo debe conocer no solo por Google Maps, sino por todos los medios posibles porque no se ha hecho la adecuada promoción», aseguró el primer edil.

El Ayuntamiento tratará de «recuperar la memoria del Gulliver e integrarlo con todos aquellos elementos que suponen poner la ciudad en valor para que la gente conozca nuestro patrimonio» porque, según Ribó Valencia tiene un gran patrimonio «que frecuentemente no se tiene en cuenta». «Se hacen cosas nuevas sin ton ni son, sin saber después para qué servirán, como alguna que tenemos en el río vestida de azul, y no aprovechamos lo que tenemos», dijo en referencia al Ágora de Santiago Calatrava.

El Gulliver inaugurado en 1990 por la alcaldesa socialista Clementina Ródenas, aunque su construcción fue impulsada por el entonces conseller Andrés García Reche, también presente ayer. A sus 68 años, el alcalde Joan Ribó no dudó en lanzarse por uno de los toboganes junto a los ediles Giuseppe Grezzi, María Oliver, Sandra Gómez y Pilar Soriano.

El primer edil pidió disculpas a los creadores del Gulliver y a sus usuarios por el «maltrato» sufrido durante 24 años y por el «menosprecio de los que asumieron el parque como una incómoda carga que no supieron apreciar como se merecía únicamente porque no lo hicieron ellos».

La concejala María Oliver agradeció al Gulliver «que haya resistido 25 años sin irse» y aseguró que el gobierno del que forma parte «lo va a cuidar». En 1990, la construcción del parque costó un coste de 1,3 millones de euros.

El arquitecto responsable del parque, Rafa Rivera, evocó un dialogo imaginario con el propio personaje que él diseño. «Me puse a hablar con él y me dijo que tenía el corazón partido. Alegre por un lado, por la gran cantidad de visitantes que tenía, pero también triste porque nadie veía que sus ropas se rompían y estaban muy descoloridas. Ahora soplan nuevos vientos que van en la dirección de recuperar elementos urbanos como el Gulliver», apuntó Rivera, quien tuvo palabras de elogio para el exconseller García Reche, que siempre creyó en el proyecto. García Reche resaltó lo novedoso de aquella apuesta, hace ahora veinticinco años. «Ví mucha innovación en materiales, en la incorporación de una estructura con referencia fallera, en la utilización del talento que teníamos aquí», para recordar que el presupuesto fue de 220 millones de las antiguas pesetas.

El PP acusa a Ribó de mentir y dice que invirtió 100.000 euros

A la concejala del Partido Popular, Lourdes Bernal, le tocó ayer aguantar en solitario el «chaparrón» de críticas que lanzaron el equipo de gobierno actual, los ideólogos del proyecto del Gúlliver y los responsables del gobierno socialista que lo construyeron contra la gestión de Rita Barberá. Más tarde, Bernal acusó a Joan Ribó de «mentir» sobre el abandono que sufrió el parque. «Es absolutamente falso que el parque Gúlliver estuviera abandonado como ha dicho el señor Ribó, porque sin ir más lejos, hace escasamente 3 años que el ayuntamiento, dirigido por el equipo de Gobierno del Partido Popular, llevó adelante una actuación de renovación integral en las instalaciones que costó 100.000 euros», recordó.