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El Cabanyal-Canyamelar tiene una reina propia

La reina del "Cabanyelar"

Una página web impulsada por una experta en turismo anima a descubrir los «tesoros» de los Poblados Marítimos, como la Semana Santa Marinera - «Toda defensa del Cabanyal comporta una defensa del Canyamelar y viceversa»

La reina del "Cabanyelar"

El concejal Manuel Camarasa ha impulsado que el polideportivo «El Cabanyal» pase a denominarse «El Canyamelar», pues está situado en este lugar histórico. Cada parte de la franja costera capitalina tiene su propia denominación, aunque «Cabanyal» se haya convertido en genérico del barrio. Pero los antiguos «Poblats de la Mar» delimitaban varias zonas muy concretamente: El Grau, donde se ubicaba el Puerto; a continuación el Canyamelar hasta la acequia d'En Gasch; después el Cabanyal hasta la acequia de Pixavaques; y más allá, ya muy remoto, el Cap de França. Posteriormente, cuando el francés Roubillard puso allí su fábrica de perfumes empezó a conocerse una zona más lejana, junto a la Patacona de Alboraya, como «la Malvarrosa». Hoy sábado es día de descanso de procesiones, sin embargo hay una mujer que ha organizado algo distinto, una ruta turística de aproximación a la Semana Santa desde la laicidad cívica y los valores culturales que entraña el fenómeno religioso en un barrio de tradición tan republicana. Es Marga Alcalá-Santaella, más conocida como «la Reina del Cabanyal» entre sus convecinos, pues es la mujer que se ha encargado de crear toda una red erudita sobre la zona, concretada en su web «Paseando por los Poblados Marítimos».

«Poblats Marítims», nombre oficial del distrito, es heredero del que tuvo como municipio independiente. La burocracia no admite sentimentalismos, y como había disputas sobre la denominación, se adoptó la más aséptica; una que puede ser aplicada a cualquier ciudad costera.

En un principio fue el Grau, así lo nombra la «Crónica» que nunca escribió Jaume I sobre 1200 y pico. Lope de Vega, en su obra llamada precisamente «El Grao de Valencia» de 1590, distingue entre «el Grao y las Barracas». De estas barracas o cabañas nacería el nombre de «Cabanyal» y más tarde aparece «Canyamelar», concretamente en una partida de nacimiento de un marinero que consta en el Archivo Naval de Cartagena, año 1778. Hay varias opciones sobre el origen de este topónimo. «Cañaveral» de cañas; «cañamar» de cáñamo o «cañamelar» de la caña de azúcar. Marc Antoni Orellana, nuestro gran sabio ilustrado, opta per este último, asegurando que esta plantación de «canyamel» fue impulsada por el «Gremi de Sucrers» de Valencia, el más antiguo de Europa.El Canyamelar siempre ha luchado por su identidad, sin embargo la fama del Cabanyal se impone. Pocos saben, por ejemplo, que en el Canyamelar está una de las artesanías cerámicas más importantes del país, «Aiguamanil», superviviente de la invasión asiática de productos industriales.

Mila Montoro es una valenciana nacida en Buenos Aires en febrero de 1952, hija de emigrantes maniseros que huyeron de la dictadura y la pobreza. Su abuelo y su padre ya habían sido grandes artesanos, ella estudió Bellas Artes y regresó a Valencia huyendo justamente de la dictadura de Videla de 1977. Aquí conoció a José Antonio Porras Peche, antiguo técnico electrónico, con quien emprendió una maravillosa aventura de creación cerámica concretada en su estilo abstracto y geométrico absolutamente inconfundible, con su hijo Carlos que sigue la tradición.

«Aiguamanil» tiene su taller en la calle José Benlliure, donde muestran el complejo universo de las cerámicas moderna y tradicional. Salen a muchas ferias y son más valorados en el extranjero que aquí. José preside «Proa», asociación de artesanos que promueve varias muestras en el Mercado de Colón, por fallas, la Virgen, el Pilar y en Navidad. Son el verdadero corazón artístico del Canyamelar. Marga Alcalá Santaella, la dama que ayuda a descubrir todos estos tesoros marítimos, nació realmente en la calle Pizarro y luego vivió en Bachiller. Su padre fue un famoso urólogo valenciano cuya tradición sigue su hermano Carlos. Sus otros hermanos son Felipe, sociólogo; Rosa, maestra y Sole. Marga casó con el profesor Pau Gutiérrez y tiene dos hijos: Violeta y Julio. Marga estudió turismo y administración de empresas; laboró muchos años en agencias de turismo, pero cuando se desató la campaña de defensa del Cabanyal se unió a sus diversos movimientos y creó «Paseando por los Poblados Marítimos» junto con profesionales como la ruzafeña Carla Carrión, el «teatralizador» Jesús Poveda, la cultísima Elena Planas, el deportista Luis Torres, Alessandro Girardi y Marcos Buigues, campaner de la catedral.

Toda defensa del Cabanyal comporta una defensa del Canyamelar, y viceversa. Esta división nominal debiera ser superada. En Elda y Petrer, conurbación dividida también, propusieron el nombre de «Petrelda» para simplificar. Nos atrevemos a sugerir que los dos nombres mediterráneos debieran unirse en uno solo para ser más fuerte, «El Cabanyelar», por ejemplo. Así los dos entes tendrían paridad de presencia en los medios.

Sin embargo, estas soluciones eclécticas aquí nunca convencen. Puede más el tribalismo y la separación. La unión y la fuerza son un sueño de los valencianos en general.

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