Nada mejor que un informe de alguna de las diversas autoridades europeas, para que, paradójicamente, salgan perdiendo las decisiones gubernamentales de aquellos que en teoría son acríticos con la Unión Europea, y se dé la razón a otr@s que por el contrario siempre hemos sido críticos con el mal llamado proceso de construcción europeo.
Esta semana se publicaba un Informe del Tribunal de Cuentas Europeo en que se cuestionaba abierta y duramente la política de inversión de los diferentes Gobiernos españoles para conseguir el famoso corredor mediterráneo y lo más grave: como España ha incumplido con el mandato europeo, por el que recibía la financiación para aumentar el transporte de mercancías por ferrocarril en detrimento del realizado por carretera, con lo que ello supone, tanto en detrimento del medio ambiente, como de la seguridad vial. Es alarmante que con una inversión de 28.000 millones de euros, el transporte por ferrocarril haya pasado en nuestro país de ser el 7,2% en el año 2000, al 4,6% en 2013. Un panorama, por cierto, preocupante también en el resto de Europa, con un transporte ferroviario que también ha ido descendiendo en ese mismo periodo, desde un 19,7% a un 17,8%.
Aún así lo más grave no es el informe en sí, que confirma algo que diversos colectivos políticos y sociales venían denunciando, sino el cómo los responsables gubernamentales han hecho caso omiso del objetivo en el que tenían que invertir millones de euros, y cómo ahora se enzarzan en un debate demagógico sobre el Corredor Mediterráneo
El informe es muy claro cuando recrimina que la mayor parte de la inversión ferroviaria en España, se ha despilfarrado en líneas de Alta Velocidad a pesar de que éstas, no sólo son más costosas que las convencionales, sino que además transitan por una plataforma inservible para los trenes de mercancías. En resumen un despropósito tras otro que ha culmina con la declaración del Ministerio de Fomento de que el Corredor Mediterráneo no puede ser ni es una prioridad.
Me viene a la memoria un debate sobre el tema del Corredor Mediterráneo que tuvimos en un Pleno del Ayuntamiento de València. El, en aquel momento, Portavoz del Grupo Popular intentó afearnos a Esquerra Unida que no podíamos decir nada en ese tema porque siempre nos habíamos opuesto al AVE. Y recuerdo que le contestamos, que con el dinero que había costado la llegada del AVE a València seguramente se habrían podido empezar no sólo las obras del corredor mediterráneo, sino también haber realizado las mejoras necesarias para nuestras sufridas líneas de cercanías y mercancías, habida cuenta de que cada kilómetro de AVE cuesta la friolera de 18 millones de euros.
Esperemos que aunque la demagogia y el electoralismo siempre vencen en los debates políticos por estos lares, el informe europeo sea tenido en cuenta y que se renuncie a la construcción de nuevas líneas de AVE en pro de ese imprescindible corredor mediterráneo. Confiemos en que, por una vez, nuestros europeístas gestores de subvenciones, las empleen en beneficio del bien general y no de los intereses privados.
