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La trastienda

La Ruta de la Seda, una realidad

La Ruta de la Seda, una realidad

Se clausuraba el pasado domingo el Segundo Encuentro Mundial de la plataforma internacional de la Ruta de la Seda de la UNESCO, de la que Valencia ya forma parte desde hace unos meses y de la que hemos sido anfitriones en este evento que consolidaba todavía más la incorporación en este entramado de ciudades, llenas de historia desde que empezó a comercializarse la seda y que llevó a la unión, o al menos al conocimiento, entre continentes. Esta es una gran noticia para nuestra cultura. El camino hasta aquí no ha sido fácil, y una gran parte del éxito hay que agradecerlo al empeño de José María Chiquillo, que ha hecho de la constancia una realidad palpable hasta llegar a conseguir, no solo la entrada de la ciudad en la ruta, sino la participación activa dentro de la misma con un peso más que notorio.

Es de elogiar que en tiempos donde la incomprensión de algunos seres humanos les lleva a acabar con cualquier tipo de forma de pensar o de actuar diferente a la creencia de uno mismo, el objetivo de esta plataforma no sea otro que el de tender puentes entre diferentes ciudades, culturas, idiomas y puntos de vista. Ese fue el mensaje el pasado fin de semana. Cuando en sus prioridades está presente el comprender y asumir las diferencias entre unos y otros, y que precisamente es esa cultura multicolor la que nos hace todavía más ricos en conocimiento y comprensión. Cuando su mensaje es que quiere ser, precisamente, y tal como comentaba este mismo medio hace unos días, un vehículo para la paz.

En tiempos donde las religiones oficiales miden en exceso sus palabras y que parecen ser motivo de controversia o de apoyo incondicional según quién sea el destinatario, nos encontramos en uno de los actos en paralelo de este pasado fin de semana donde se encontraban muchos de los participantes de este encuentro de la Ruta de la Seda. Era la Multaqa de las Culturas, que se celebraba también en Valencia. Representantes de las cuatro religiones principales de las ciudades que forman parte de la ruta se unían al evento y rezaban en un acto simbólico de acercamiento entre budismo, cristianismo, islamismo y judaísmo. Otro gesto más que solo puede leerse desde lo positivo. Entrar en esta ruta tiene sus recompensas. Desde el próximo 18 de junio en el barrio de Velluters se podrá disfrutar del único Museo de la Seda que existe en España, restaurado por la Fundación Hortensia Herrero, que ha hecho posible dicha reforma y su creación, y que ya empezará con su actividades en paralelo a la apertura diaria. Por un lado, incorporándolo a una red de museos, sumándose a otras ciudades de la ruta junto a las diferentes universidades valencianas. Por otro, formando parte de un paquete turístico que incluirá, además de la visita, gastronomía, arquitectura y otras virtudes de nuestra tierra.

Este tipo de noticias culturales son puro oxígeno. Desde la constancia se puede trabajar para poner a esta ciudad donde le corresponde, y es un paso más para seguir sumando. Las pasadas fallas, una delegación de la UNESCO visitaba Valencia, evaluando las fiestas con el fin de incorporarlas como Patrimonio de la Humanidad, a la que se presentó candidatura formal. Si se tiene en cuenta la parte histórica y cultural de la fiesta, deberíamos estar seguros de que este título llegará. El tiempo dirá.

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