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Divagaciones

Perdida en el día de la reflexión

Perdida en el día de la reflexión

Hace días, iba yo con mis insignificantes pensamientos, cuando me encontré con un grupo de gente abanderada, con acaloramiento de cruzada.: «Vamos a defender a nuestra madre» decían, despistada que soy, no reaccioné hasta ver a la imagen impasible de la Geperudeta utilizada políticamente por un nuevo líder de la derecha recalcitrante. Se equivocó su Eminencia, el cardenal Cañizares, él iba para político, para jefe de la inquisición valenciana y da mítines en lugar de sermones que inciten a los verdaderos cristianos, por cuyas obras los conoceréis, a practicar libremente sus creencias, respetando a todos, incluso a los que atacan su religión, que de todo hay€ Pero el Cardenal, confunde, como político que es a su electorado y convoca a sus seguidores a la defensa contra el polémico cartel de la patrona de Valencia y la de Cataluña y dice que la «ideología de género trae la guerra y destruye la familia». Sus palabras, Eminencia, traen la guerra, pero no preparan la paz. Me crucé con algunos altos mandos representantes de esa derecha cuyo Cardenal/Líder no les recuerda que hay un séptimo mandamiento que no respetan€ Gran favor le ha hecho a este grupo, provocador€ Nadie los conocía y hasta los mismos gays, se han mostrado desfavorables con el cartel. Pero el líder ha tenido que insistir€ Y ha comentado en una emisora: «En varias ocasiones se me ha quebrado la voz en la plaza. Estoy con mi pueblo valenciano con mucha paz, tranquilidad, esperanza y sin ánimo de ofender. Pero no me voy a callar, porque me han apoyado y a mí me paran a decirme: ¡Adelante, estamos con usted, Antonio!».

Dios mío ¿será el futuro President de la Generalitat? A falta de ideología, como siempre, esa derecha recurre a las emociones. Seguí con mis pensamientos entristecidos por aquellos que necesitan de manifestaciones para acogerse a una fe vacía€ dice Machado: «€Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste, /y para darte el alma que me diste/ en mí te he de crear. Que el puro río/ de caridad que fluye eternamente, / fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío, / de una fe sin amor la turbia fuente!» Qué lejos está el pensamiento de esta Iglesia del Papa Francisco€En este día de reflexión, me pierdo por la ciudad pensando en todo lo que he escuchado€y tristemente me detengo en lo poco que se profundiza en la cultura y si no se apoya y se sirve de ella, se juega su supervivencia porque pierde su razón de ser. La dependencia de la humanidad y la de la cultura es mutua: Una explica a la otra; ambas tienen la necesidad de complementarse. Y la política parece pasar de largo de algo necesario que hace la vida más llevadera. Este tipo de políticas que nos tienen aburridos y perplejos, nos llevan al desengaño, al desencanto€. La cultura, no solo tiene la misión de hacernos conscientes de la realidad, sino que debe proponer, crear e ir más allá de la invención.

Se trata quizá de ayudar al ser humano a que se desprenda de trabas, de luchas, de falsas apariencias y le ayude a formarse y a perfilarse a sí mismo, porque la cultura informa, propone, crea...Quisiéramos una política de juego inteligente, puro, limpio y claro, que fomentara la racional libertad y abarcara las posibilidades humanas€ ¡Oh Dios, me he perdido en el día de reflexión!

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