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Políticas equitativas

Valencia acelera hacia la igualdad

Desde 2016 los aspirantes a los contratos municipales deben contar con el «sello» de igualdad estatal o autonómico, y este mismo mes arranca la formación a funcionarios sobre esta materia

Valencia acelera hacia la igualdad

El Ayuntamiento de Valencia ha pisado el acelerador hacia la igualdad entre hombres y mujeres en el año que acaba de concluir. En 2016 han sido diversas las iniciativas tomadas por la concejalía que dirige Isabel Lozano, con algunas más visibles en la calle, como por ejemplo la de estas navidades— «Joguets per la Igualtat»— , que defiende que los juguetes no llevan implícito si van destinados a niños o niñas.

También se han dado pasos en los contratos municipales o la creación de instalaciones dedicadas a la promoción de políticas inclusivas. Una de las medidas que Lozano impulsó este año y que más calado tiene en la propia administración ha sido la de la introducción de cláusulas sociales en los pliegos de las contrataciones municipales.

Desde abril se aplican ya estas obligaciones, que exigen que las empresas que aspiren a una relación con el ayuntamiento cuenten con planes de igualdad que fomenten las mismas oportunidades indiferentemente del sexo de los trabajadores, así como que se asuman planes de conciliación laboral. Así, el ayuntamiento exige a las empresas que tengan cuenten con el distintivo de «Igualdad en la empresa» que concede el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, o el que otorga la Generalitat Valenciana, el sello denominado «Fent empresa. Iguals en oportunitats». En el caso de no contar con este distintivo, se exige el compromiso de presentarse a la siguiente convocatoria anual tras la formalización del contrato.

Este sello obliga a contar con un Plan de Igualdad, que supone establecer horarios que faciliten la conciliación laboral, medidas de acceso en igualdad al empleo, la sensibilización hacia los hombres en la corresponsabilidad en el ámbito familiar para que la maternidad no sea una desventaja profesional, que se impulsen medidas contra el acoso sexual o se fomente la presencia de mujeres en los cargos de responsabilidad. Del mismo modo, las clausulas sociales del ayuntamiento exigen a las aspirantes el uso no sexista del lenguaje en sus escritos o comunicaciones, ni tampoco de publicidad que cosifique a la mujer o la denigre. No cumplir con las clausulas sociales, y muy especialmente el no estar acreditada con el sello de Igualdad, supone sanciones e incluso la rescisión del contrato.

Formación en el ayuntamiento

Otra de las medidas de la concejalía de Igualdad que se pone en marcha este mes es la formación de técnicos y concejales en la introducción de la perspectiva de género en la confección de los contratos municipales. Un total de 10 doctoras de la Universitat de València en materias como Sociología, Derecho, Filología Hispánica o Periodismo, formarán durante cinco meses a estos funcionarios en la necesidad de redactar cláusulas en subvenciones y contratos asumiendo aspectos de igualdad.

Sobre esta iniciativa, Isabel Lozano, se ha propuesto como objetivo que los presupuestos municipales de 2018 sean los primeros de la historia de Valencia que contemplen la perspectiva de género, lo que se traduce, según la concejala en que «todo el dinero que gaste el Ayuntamiento tengamos la seguridad que afecta de manera equitativa tanto a los hombres como a las mujeres, así como también a otros colectivos que hasta ahora no se habían tenido en cuenta en el diseño de nuestra ciudad».

Nuevas instalaciones

Este impulso de las políticas de igualdad no solo se ha dado de puertas para adentro en la administración, sino también en la calle con la citada campaña navideña y con la apertura de la primera oficina de proximidad por la igualdad y contra la violencia machista situada en el barrio del Cabanyal-Canyamelar. Instalada en la biblioteca del barrio, estas instalaciones tienen por objetivo realizar talleres y actividades, tejer una red asociativa para impulsar sus iniciativas, así como la atención personalizada a víctimas de la desigualdad, sobre todo a mujeres que sufren la violencia machista. Este año se ha llevado a cabo un curso con responsables de los centros educativos para que cuenten con herramientas en las aulas con las que combatir la xenofobia, la discriminación por sexo, identidad sexual, o diversidad funcional. Se trata de una oficina piloto, puesto que se quieren crear otras seis en la ciudad, si bien como señaló la edil a este diario no hay fecha ya que su impulso está inevitablemente ligado a la disponibilidad de trabajadores sociales para que las gestionen.

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