La concejala de Bienestar Social, Consol Castillo, ha anunciado la creación de un centro de día para las personas sin techo, un lugar en el que puedan ducharse, tener una taquilla, ver la tele o recibir orientación para reintegrarse a la vida normal. Castillo ha explicado que esta idea está en fase muy inicial y que su intención es materializarla en los presupuestos de 2018.

La concejala hizo ayer un balance positivo de la ola de frío sufrida en Valencia y explicó que las 170 plazas que tiene reservadas el consistorio en Casa Caridad, el centro San Juan de Dios y el Centro de Baja Exigencia del Carmen, nunca se han cubierto en su totalidad, es decir, que ha sobrado espacio. Y no porque no hubiera personas en la calle, pues se calcula que hay 400 sin techo en la ciudad, sino porque la mayoría de ellas rechazan la atención que les ofrece, afirma.

Es más, aseguró que el trabajo que realizan las ONGs es muy elogioso, pero advirtió de que pueden encontrarse con gente «agresiva», por lo que cree que hay que dar una respuesta profesionalizada.

En ese contexto, Castillo anunció la próxima creación de un centro de día para personas sin techo, es decir, se habilitará un local municipal donde aquellas personas que no aceptan los albergues puedan ir a ducharse, ver la tele, dejar sus enseres personales y recibir asistencia para su vuelta a la normalidad. Sería un local pequeño con 15 ó 20 plazas, que podría incluirse en los presupuestos de 2018. Este centro «sería un respiro y una mejora en su calidad de vida y el vehículo a partir del cual esas personas podrían empezar a introducirse y acceder a una vida normalizada«, dijo ayer la concejala.

De hecho, «también serviría para ayudarles a salir de la calle, si es que quieren, con la ayuda de profesionales. Hemos de seguir trabajando con ellos, generando confianza para que puedan entrar en el circuito de la normalidad desde el respeto a la persona y a lo que esa persona decida. Vivir en la calle es una opción individual que nosotros respetamos, pero como administración estamos en la obligación de ofrecerles otras alternativas y otras formas de vida que les posibiliten una autonomía personal, económica y afectiva», añadió.

Balances diferentes

En general, «desde la Concejalía de Servicios Sociales hacemos una valoración razonablemente positiva de cómo han funcionado los recursos municipales a disposición de las personas que viven en la calle. Estamos satisfechos de la perfecta coordinación con las entidades con las que colaboramos, y hemos detectado que toda la oferta de plazas en centros de baja exigencia, de mediana exigencia y de una exigencia normalizada no se ha cubierto. Todos los centros han dispuesto de plazas libres todas las noches», dijo Castillo.

No obstante, la concejala del PP María Jesús Puchalt, denunció un recorte de 120 plazas para los sin techo debido a que «el pasado verano el Gobierno municipal puso fin a dos convenios que el ayuntamiento tenía suscritos con la Asociación Ciudad de la Esperanza y con la Parroquia San Juan de la Ribera. «El tripartito dice que sobran plazas, pero lo cierto es que ha tenido que ser Cáritas la que reabriera estos días el Albergue La Paz, cerrado tras la no renovación por el alcalde Ribó del convenio con la Parroquia San Juan de la Ribera, para poder atender a personas que estaban en la calle, sin plaza en otros albergues», advirtió.