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FormyCake

Un paraíso para chuparse los dedos

Entre la clientela también se incluyen los más pequeños de la casa que se han animado a ponerse manos en la masa con la moda de programas infantiles de cocina

Moldes de todos los colores para elaborar muffins. v. m. pastor

Los amantes de la repostería cuentan desde hace tres semanas con un nuevo establecimiento en el que se ofrece todo tipo de utensilios e ingredientes con los cuales endulzarse el paladar. FormyCake, que inició su andadura hace unos años, ha dado el paso a un nuevo local en el que tantos los expertos como los novatos de este arte pueden encontrar desde electrodomésticos especiales a moldes, colorantes o incluso libros sobre la materia.

La historia de FormyCake comenzó en noviembre de 2012. Como explica Carlos Mercader, no tenían experiencia previa en el sector y de hecho venían de la construcción. Era una víctima más de la crisis económica que pinchó la burbuja inmobiliaria. «A la mujer de mi socio, Eduardo Martínez, le gustaba elaborar tartas, pero le era complicado encontrar utensilios o ingredientes, por lo que vimos que había un nicho de mercado», indicaba.

Han ido creciendo y viendo como el mundo de la repostería, que llegó como una moda ha ido evolucionando. «Al inicio se puso mucho de moda, con los programas de televisión de cocina. Los dos o tres primeros años hubo un boom y luego se ha ido estabilizando. Hemos ido creciendo y convirtiéndonos en una referencia a aquellos que les gusta el dulce».

La especialización

«Tenemos de todo. Colorantes, preparados, fondant, boquillas, cortadores, moldes para bizcochos, cupcakes, estructuras para presentar tartas, amasadoras...es un mundo que no tiene fin», cuenta Carlos, quien añade que en los últimos años el sector se ha especializado mucho, con la aparición de novedades en utensilios e ingredientes. Respecto al público que acude a la tienda, explica que hay de todos los tipos. Desde los niños que ven programas de televisión sobre cocina dedicados al público infantil que lleva a sus padres a comprarles el material—«un hobby muy bueno para ellos», según Carlos—como gente joven y más mayor, tanto expertos, como novatos que acuden en busca de asesoramiento.

La «plastilina que se come»

Destaca el fondant como uno de los productos que últimamente están causando furor en el ambiente pastelero, dada las posibilidades de modelado que permite.Solo hay que echar un vistazo a internet para ver la cantidad de diseños dulces que la gente se atreve a realizar.

«Es un mundo muy creativo, de hecho hay gente de Bellas Artes que se ha metido en este mundo para moldear», explica Carlos, quien señala que muchos clientes le llaman «la plastilina que se come».

Y entre los utensilios más curiosos, destaca un molde con el cual se puede hacer el «pastel arco iris», que muestra varios colores al cortarlo.

En definitiva, como cuenta el dueño, «la gente viene a la tienda a disfrutar». La tienda también cuenta con versión online en la página web del negocio.

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