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Arqueología

Un tesoro medieval en la calle Micalet

Recuperan un conjunto de monedas del siglo XIV y un horno medieval en las excavaciones previas a la reforma de la sede de una conselleria

Un tesoro medieval en la calle Micalet

La excavación arqueológica previa a la reforma del edificio histórico ubicado en el número 5 de la calle Micalet ha sacado a la luz un tesorillo de 12 monedas del siglo XIV de gran valor histórico, así como los restos del horno medieval de los Apóstoles, que da nombre a una de las calles de la manzana. La excavación arqueológica en el edificio propiedad de la Generalitat y sede de varias consellerias, la última la de Transparencia, ha sacado a la luz este interesante hallazgo y no se descartan otros dado el potencial arqueológico de esta zona, en el corazón de la ciudad fundacional de época romana.

Las monedas pertenecen a tres de los antiguos territorios de la Corona de Aragón. Se trata de cuatro reales de plata de la ceca de Valencia, seis dineros de vellón de la ceca de Zaragoza y dos dineros de la ceca de Barcelona, que datan del reinado de Joan I.

En las excavaciones en el que fue Palau de Calatayud, que dirigen Víctor Algarra y Lourdes Roca, ha aflorado el antiguo Horno de los Apóstoles cuya existencia se presumía, aunque no se habían encontrado restos que lo acreditaran hasta ahora.

Se trata de unos hallazgos de gran interés histórico y patrimonial. En el caso de las monedas, tanto por su valor numismático como para el conocimiento de la historia de estos edificios, de las personas que vivieron en ellos y de su economía.Las monedas han estado ocultas durante 600 años en uno de los muros del Palacio de Calatayud y pertenecen a tres de los antiguos territorios de la Corona de Aragón (Valencia, Zaragoza y Barcelona). Los expertos datan su origen a finales del siglo XIV y principios del siglo XV.

Las monedas se han sometido a un proceso de limpieza y consolidación, mediante el uso de técnicas de láser, que además de garantizar su conservación permiten ver todos los detalles de la impresión. Las monedas se hallaban ocultas es una estancia del ámbito doméstico, posiblemente la cocina de la vivienda, lo que lleva a los técnicos a interpretar que podría tratarse de una pequeña «hucha» o conjunto de monedas propia de un ahorro limitado, y no de un tesoro guardado con fines de acumulación de una fortuna más o menos importante.

Los cuatro reales de plata presentan en el anverso el busto coronado de frente del Rey y en el reverso el escudo coronado de Valencia. A pesar de que la leyenda donde aparece el nombre del rey está muy deteriorada, los primeros estudios parecen revelar el nombre de «Iohannes».

Los seis dineros de vellón presentan en el anverso un busto coronado de perfil del Rey y en el reverso cruz patriarcal o doble. Se encuentran muy desgastada por su uso lo que no impide leer el nombre «Petrus» por lo que pertenecerían a Pedro IV de Aragón y II de Valencia, antecesor de Joan I, rey entre 1336 y 1387.

Los dos dineros de la ceca de Barcelona presentan en el anverso el busto coronado de perfil del Rey, en el reverso cruz patada y en los cuarteles aros y puntos. Por el momento, no se ha podido determinar a que reinado pertenecen, pues se encuentran muy desgastadas. En relación al horno medieval la construcción se ha localizado a poca profundidad, tras retirar las capas más modernas de hormigón y excavar un poco. Se trata de una gran superficie circular con suelo de gruesas baldosas que aguantaban el calor durante la cocción. Sobre ellas se depositaban los panes, pastas, etc.

Los hornos de pan, como otras instalaciones y servicios (los baños públicos o las carnicerías), fueron durante la Edad Media y Moderna monopolios señoriales, en el caso de Valencia del propio rey. Su construcción se fomentó desde finales del siglo XIII, una vez asentada la sociedad feudal. En el caso del Horno de los Apóstoles sabemos que el poseedor del horno fue el desaparecido Real Convento de Santa María Magdalena, situado en el entorno del actual Mercado Central.

Los trabajos arqueológicos continuarán ahora con el desmontado de las soleras de hormigón y tabiques para despejar los espacios donde seguirán las excavaciones en el suelo y el picado en las paredes y así ir desvelando los restos del pasado ahora ocultos, apuntaron fuentes de la Conselleria de Hacienda.

La directora general del Sector Público, Empar Martínez, aseguró tras el hallazgo que para el Consell «es fundamental preservar nuestro legado histórico, por eso no podíamos dejar pasar la oportunidad de hacer excavaciones en este edificio», donde había puestas «muchas expectativas» dada su proximidad a la Catedral, l'Almoina y la plaza de la Virgen. «Nos encontramos en un escenario urbano que ha visto pasar cerca de veintitrés siglos de historia y no podíamos dejar pasar la oportunidad, ahora que se tenía que rehabilitar el edificio, de hacer excavaciones»

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