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El Palau Calatayud, al descubierto

Los arqueólogos recuperan pavimentos del siglo XVIII y XIX en un edificio de la calle Micalet

El Palau Calatayud, al descubierto

Las excavaciones que la Conselleria de Hacienda está desarrollando en el Palau de Calatayud, en la calle Micalet, han sacado a la luz dos pavimentos de azulejos de finales del siglo XVIII y del XIX. Se trata de dos buenas muestras de la azulejería valenciana de la época. Aunque su estado de conservación es deficiente, con las técnicas de restauración actuales se espera extraerlos enteros y recuperarlos para el futuro.

Los trabajos arqueológicos que se están realizando se incluyen en las actuaciones preparatorias previas para la rehabilitación del inmueble ubicado en la calle Micalet 5, que es el resultado de la unión de cuatro antiguos edificios, entre los que destacan el Palau de Calatayud y el llamado Horno de los Apóstoles.

Uno de los pavimentos se ha descubierto en la fachada de la calle Santo Cáliz y pertenece al palacio existente con anterioridad en el edificio. En esta composición se entrelazan cintas amarillas con bordes azules, junto con otros listeles amarillos que forman meandros o grecas y en el fondo pequeños ramos o tallos con flores y hojas. Estos azulejos se incluyen en el estilo neoclásico, muy próximos ya a la rica azulejería valenciana de finales del barroco.

El segundo de los pavimentos se ha hallado en el edificio vecino al palacio, hoy Horno de los Apóstoles. Los arqueólogos creen que podría pertenecer a una habitación en el semisótano de una vivienda con entrada desde la calle Santo Cáliz. Las excavaciones han sacado a la luz un suelo en el que se combina un área perimetral de baldosas de barro de pasta roja y en el centro azulejos en blanco con un ramo central de flores. En unos casos las flores están pintadas sólo en azul y en otros de varios colores, con predominio de amarillo, verde y marrón.

Se trata de unos azulejos muy sencillos que se hicieron muy populares en Valencia en la primera mitad del siglo XIX y que suelen utilizarse en los suelos de cocinas y otras habitaciones e incluso chapando bancos, armarios o estantes.

En los trabajos en el Palau de Calatayud se incluyen también la restauración de varios mosaicos de principios del siglo XX fabricados por Pavimentos Nolla, firma fundada en Valencia por un empresario de Reus tatarabuelo de Rita Barberá. Algunos de ellos eran visibles en el edificio utilizado actualmente pero otros han aflorado al levantar, primero, el parqué, y debajo de éste, una capa de baldosas que se colocó encima de la de Pavimentos Nolla.

En 1860 Miguel Nolla creó en Meliana un pavimento muy resistente a base de combinar losetas de diversos tamaños y cientos de colores. Este pavimento se convirtió en sinónimo de lujo, quien pavimentaba su casa con algunos de los miles de dibujos posibles demostraba su buen gusto y también su buena situación económica.

Ahora, pasado el tiempo, casi cuarenta años después de cerrar la fábrica, los mosaicos de Nolla que quedan son objeto de auténtica veneración por su originalidad y gran belleza, así como por la calidad intrínseca del producto, que todavía hoy sorprende por su factura y gran dureza.

La directora general de Sector Público, Empar Martínez Bonafé, aseguró que las excavaciones en un entorno con 23 siglos de historia no podían dejar de dar sorpresas como ha ocurrido con el tesorillo localizado oculto en uno de los muros del palacio y sede de varias conselleries.

Las excavaciones arqueológicas, tal como avanzó este diario, han sacado a la luz un tesorillo compuesto por 12 monedas del siglo XIV. Se trata de 4 reales de la ceca (palabra de origen árabe que indica el lugar donde se acuñan monedas) de Valencia, 6 dineros de la ceca de Zaragoza y dos dineros de la ceca de Barcelona. Asimismo, los trabajos también han descubierto el antiguo horno de Apóstoles.

El horno, que no estaba a mucha profundidad, ha aparecido al quitar las capas más modernas de hormigón y excavar un poco. Se trata de una gran superficie circular con suelo de gruesas baldosas que aguantaban el calor durante la cocción. Sobre ellas se depositaban panes, pastas y otros productos para su cocción.

Los hornos de pan eran en la Edad Media y Moderna monopolios señoriales. El Horno de los Apóstoles era propiedad del desaparecido Real Convento de Santa María Magdalena, situado en el entorno del actual Mercado Central.

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